La Fundación «Mamis a la obra con Pacheco» contribuye a la recuperación nutricional de niños menores de 5 años
Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- «Pon manos a la obra, y no temas ni desmayes. El Señor, mi Dios, estará contigo .», es una de las expresiones bíblicas que inspira el propósito de ese juego de palabras y que se materializa en «Mamis a la obra con Pacheco». Una fundación con cinco años de trabajo que apoya a niños con déficit nutricional, realizándoles seguimiento con un equipo multidisciplinario, cumplen con la entregan de medicamentos, ayudan con exámenes y orientan a las madres sobre lo pertinente de la planificación familiar para evitar que los niños sufran ante tantas limitaciones.& ;
El pediatra, Carlos Pacheco, encabeza este trabajo y junto al voluntariado se muestran dispuestos en ayudar desde el cuarto piso del Hospital Pediátrico Dr. Agustín Zubillaga de Barquisimeto, allí atienden a pacientes recién nacidos que presentan este tipo de deficiencias. El equipo de trabajo de «Mamis a la obra con Pacheco» ve la necesidad imperante en familias de escasos recursos, varias provenientes de zonas rurales de los municipios Jiménez, Morán y Urdaneta, además de los estados vecinos Yaracuy y Portuguesa. La mayoría de los niños tienen comprometido su desarrollo cerebral, inmune y crecimiento.
En la actualidad cubren a 50 pacientes, gracias a ese trabajo de hormiguitas que mueve a cuatro pediatras, nutricionistas, impulsores de lactancia materna, odontopediatras, psicólogos y trabajadores sociales. Cumplen el seguimiento a cada paciente gracias a las alianzas con particulares, empresas que donan fórmulas lácteas, alimentos y proteínas. Además de ese grupo de droguerías y laboratorios que ofrecen descuentos o exoneración de algunos exámenes para el control del niño, junto al respaldo del centro de planificación familiar Alaplaf.
Crecen y crecen
«Tocando puertas, abriendo corazones» es el mensaje que se lee al entrar a la sede de la fundación, ubicada en el Centro Comercial Río Lama, al este de Barquisimeto. Allí se resume la credibilidad que se han ganado y conlleva al poder de convencimiento para atrapar a voluntarios deseosos de colaborar. Sus raíces se fortalecen desde la máxima expresión de solidaridad, así como ese esmero de trabajar por una generación sana del futuro, partiendo de esa edad tan esencial para el desarrollo antes de los cinco años.
Todo el esmero de atención supera las dimensiones de este consultorio, en el este de Barquisimeto, donde las madres esperan para que sus hijos sean atendidos mientras se aprecia el ingreso de varias carretillas con alimentos para los niños en consulta. Así transcurren los días lunes y viernes durante la mañana, donde no sólo tienen la revisión médica y demás indicaciones, sino que suelen recibir varios productos, de acuerdo con las exigencias nutricionales y proteicas, así como en función de la existencia. Siempre tratan de incluir leche, huevos, sardinas, entre otros productos en la dieta de los niños.
El doctor Pacheco no es amante del protagonismo, se complace de ese batallón de voluntarios que buscan las posibilidades para evitar los estragos de tantas necesidades. Señala que se planifican en función de los seis comités que tiene la fundación y que están comprendidos en medicamentos, exámenes y estudios especializados, nutrición, recuperación nutricional, recreación y eventos para recaudación de fondos.
Algunas madres de pacientes se suman como voluntarias, independientemente de haber sufrido este tipo de afecciones con sus hijos. Algunas llegan a servir por otras causas personales que las llevan a la caridad, esa labor las hace sentir a gusto por aportar ese granito de arena para estos niños de escasos recursos.
Desde la fundación siempre buscan pensar en macro porque algunas madres quedan atrapadas en la impotencia y desesperación al ver el sufrimiento de su hijo, por eso es que mantienen ese propósito de apoyar y continuar de brazos abiertos a la familia. Trabajan en función de trascender de la entrega de fórmulas lácteas y nutrientes para referir a diversos especialistas que terminen de descartar los peligros de la desnutrición. No sólo llegan a las medidas ideales de talla y peso, sino que llevan ese compromiso de seguir formándoles un futuro seguro.
Van por más
Francelis Silva es una de las voluntarias con más tiempo, lleva cuatro años dedicada de lleno a estos pequeños tan vulnerables. Admite la gratificación en los avances de los niños ya con fortalezas para seguir superando sus etapas en el desarrollo infantil. «Gracias a este trabajo pude superar una depresión muy grave y me complace este abordaje a nivel intrahospitalario, partiendo de los micro y macronutrientes que a los especialistas les permite estabilizarlos«, exclama agradeciendo a los benefactores que hacen posible este financiamiento.& ;
Esa emoción también se siente en la pediatra, Lorena Duque, quien lleva casi tres años colaborando con esos cuadros de desnutrición aguda, donde debe prevalecer la lactancia materna. «La idea es llevar de la mano a esos niños para que recuperen su estado nutricional. Acompañar a esa mamá a través del tiempo y formándola para que tengan una alimentación saludable«, recalca de la importancia que al dar de alta al paciente se continúe cumpliendo con los hábitos alimenticios.
Ese batallón de batas blancas y demás voluntarios llevan a los niños hacia los parámetros normales en talla y peso, para luego integrarlos al permanente control de niños sanos. «No se trata de atender una sola vez al paciente porque nos ocupamos de la familia, considerando que la pediatría en todas sus ramas tiene mucho contenido social«, precisa Duque.
Un contexto que va ligado a la solidez del niño en sus primeros mil días y que puede extenderse hacia los dos mil días, es decir, desde el embarazo hasta los 3 años de edad. Una etapa de formación tan importante desde el punto de vista nutricional, crecimiento y desarrollo neurológico, así como la parte emocional. Un lapso de sumo cuidado que exige el control pediátrico regular, partiendo del reforzamiento en lactancia materna y la alimentación complementaria. Eso permite determinar el crecimiento y desarrollo del bebé, deteniéndose en el avance del neurodesarrollo con sus habilidades adquiridas y en la edad correspondiente. Todo en función de poder diagnosticar a tiempo cualquier alteración. Además del cumplimiento del esquema de vacunación.
De allí, la necesidad del abordaje de un equipo multidisciplinario para complementar las indicaciones del pediatra. Lo mejor es que lo hacen, más allá de una obligación sin ser visto como un trabajo, sino de la necesidad de servir, tal como lo expresa la doctora, Malala Patacho, odontopediatra, quien es parte de ese grupo con más trayectoria en «Mamis a la obra con Pacheco», y se complace de los cuatro años de servicio visto como una misión para servir con una especialidad que puede anticiparse al acompañamiento a la madre, antes del nacimiento.
Siempre están atentos a recalcar las técnicas del cepillado y aplicación de flúor. Lo que buscan es que los niños crezcan con los conocimientos y la importancia del cuidado de su dentadura, donde los padres son los principales responsables.
Indica lo pertinente de prevenir esas enfermedades dentarias con las caries en primera fila y considerando que puede manifestarse en bebés al poco tiempo de nacidos, con lesiones que afectan todos los dientes y ser frecuente antes de los 2 años de edad.
«Hay que enseñarles a las madres o personas responsables de los bebés a que se cuiden para no estar sufriendo de estas enfermedades a temprana edad y llevar a un adulto saludable que pueda conservar toda su dentadura«, precisa de la salud dental.
Logran que los padres entiendan la importancia de amamantar al hijo, llevarlo a dormir con la boca limpia. «Así logramos mantener la microbiota, esa bacteria sana que puede alterarse por residuos«, explica Patacho de los restos de leche, arepa o demás restos de comida. Se generan bacterias que lesionan el esmalte y ocasionan una cavidad conocida como caries que exponen principalmente a las muelas a temprana edad. Buscan no tratar con restauración, sino prevenir, a menos que sea muy necesario para salvar las piezas.
A través de la nutrición y odontopediatría se recalca a la alimentación como un factor que puede ser desfavorable para estas lesiones por el exceso de azúcares y carbohidratos. Además de conocer que hay otro tipo de alimentación contribuyendo a la salud dental. «Que no tengamos niños en consulta por un edema, dolor vibrante que no los deja dormir, algo que no debería ocurrir tan temprano«, cita.
Hacen un llamado en conjunto por recuperar la salud y sonrisas de los niños, esos bebés que tienen el derecho a la adecuada alimentación y crecer con hábitos saludables. Pensar que a partir de ese diagnóstico inicial se exige un cambio de estilo de vida y la familia siga consciente del esfuerzo indispensable en nutrición. Entienden las limitaciones económicas por la situación país, pero desde «Mamis a la obra con Pacheco» están seguros que se pueden romper esquemas para que los niños puedan desarrollarse de acuerdo con la edad.
Este grupo confía en esa generación que merece todas las condiciones para crecer con ganas de comerse al mundo y todo el entusiasmo para llegar a adultos sanos. Hijos que ríen y se sienten protegidos con «Mamis a la obra con Pacheco».