Luis E. Marchán | LA PRENSA de Lara.- Comprar sábanas nuevas o una toalla sencilla es imposible para quienes ganen sueldo mínimo, pues los precios de estos productos están por las nubes.
«La situación está tan dura que para comprar una almohada resulta sumamente caro. En años anteriores yo compraba los juegos de sábanas o cobijas para darlo como regalo navideño, pero esta Navidad no será posible», dijo la profesora Carolina Rodríguez, quien recorría el bulevar 20 de punta a punta buscando ofertas.
Y es que los precios que se exhiben asustan a los clientes, ya que una almohada registra valores que van desde 150 hasta 650 mil bolívares, una cifra que sobrepasa el sueldo mínimo incluido la cestaticket (Bs. 300 mil).
José Segovia, quien llegó de Acarigua, estado Portuguesa, para ver si los precios en la ciudad crepuscular son mejores, comentó: «Ahora debo regresar sin nada porque si compro una sábana matrimonial en 700 mil bolos me sale levantar pulgar en la Venezuela para pedir cola».
Nancy Olivares, residenciada en el este de Barquisimeto, buscaba un regalo para la boda de una amiga y pagó 24 dólares por un edredón. «Fue lo más asequible que conseguí», dijo.
Comerciantes de este ramo comentaron que la gente se asoma en las vidrieras y se va inmediatamente; y aquellos que revisan todos los estantes prefieren comprar un cojín que cuesta 30 mil bolívares, que es lo más barato en el mercado de lencería.
Al referir a las ventas diarias, la mayoría coincidió en que el bajón en la clientela se puede ubicar en 70 %, al menos en los meses de agosto, septiembre y octubre, con la esperanza que a medida que transcurra noviembre y el propio diciembre, al menos las ventas pueden mejorar y lograr que ese 70 % negativo se convierta en positivo con las compras de fin de año.