Héctor Rodríguez | LA PRENSA de Lara.- «Salí a trabajar bien temprano y en la barriga tengo una arepa pura. Con mi sueldo apenas compro harina y pago el pasaje». Eran las 3 de la tarde y Lisaura Gamboa está sentada en una acera con rostro de cansancio. Cuando se le pregunta ¿cómo hace para alimentarse con la reciente alza del dólar y los precios de los alimentos?, la mujer lo primero que hizo fue suspirar con desesperanza; antes de responder pensó y su mirada fue directo al asfalto. «Se come lo que se tiene. Arroz puro sin más nada, arepa sin relleno, frijoles chinos sin aliños» suelta casi conteniendo sus ganas de llorar.
El relato de Lisaura es casi el mismo que expresan los guaros en cada para de transporte público, mercado, banco o casa y que resume la hiperinflación del país y el alza acelerado del dólar paralelo: en Venezuela ya ni se puede comer con esos precios.& ;
Para que una familia larense integrada por 5 personas pueda hacer un mercado básico sin lujos y que incluya víveres, embutidos, enlatados, proteínas, verduras, hortalizas, granos, frutas, bebidas, artículos de aseo del hogar y de cuidado personal se debería contar con 23 salarios integrales mínimo (sueldo más cestaticket), es decir, un millón 500 mil bolívares así lo calculó LA PRENSA luego de hacer un recorrido por mercados, abastos y supermercados; sin embargo, el Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (Cendas) calculó en julio de este año que para comprar la Canasta Alimentaria Familiar (CAF) se amerita 50 salarios integrales lo que equivale a 3 millones 247 mil 472 bolívares.& ;
«A partir del primero de septiembre, Venezuela igualó a la Yugoslavia de 1993 cuando ellos cumplieron 22 meses viviendo en lo que se llama hiperinflación intensa consecutiva lo que indica que la reconversión monetaria hecha por el gobierno en 2018 fue un fracaso porque incluso la variación de la economía y los precios actuales ya incluyeron tres ceros a todo. Recomendarle a un persona cómo vivir o alimentarse en esta grave situación es imposible porque no hay margen de maniobra» es el análisis que hace el economista Jesús Casique cuando indica que la canasta básica aumenta mensualmente.& ;
Lo que indica el especialista se refleja en la comparación de precios de alimentos de hoy al de hace un año. Por ejemplo, víveres como la Harina PAN, pasta, arroz o granos tipo caraotas incrementaron su precio entre 47 mil y 60 mil por ciento mientras que un kilo de carne molida para agosto de 2018 costaba Bs.34 y ahora se consigue en 44 mil bolívares, es decir, el precio incrementó 1300 veces.& ;
«El gobierno estaría por anunciar un muevo incremento salarial pero Nicolás Maduro (presidente de la nación) antes de declarar el 28 aumento de sueldo desde que está en el poder debería combatir la hiperinflación para evitar que el poder adquisitivo se pulverice. Incluso antes de cualquier medida de un aumento salarial que podría establecer el gobierno, ya el mercado hizo su ajuste, aumentó los precios por cómo va variando el dólar y más ahora que el cambio establecido por el Banco Central de Venezuela (BCV) va compitiendo con el paralelo y obviamente afecta la estructura de compra» enfatiza Casique.& ;
A pesar de que la hiperinflación desaceleró su paso desde el inicio del segundo semestre de 2019 según indicó la comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional (AN), los números con los que cerró julio son para arrancar palco pues el desequilibrio existente entre la producción y la demanda llegó a 33,8 % para un indicador interanual del 264 mil 872 por ciento lo que incide directamente en el incremento en todos los productos, bienes y servicios.
Las estadísticas de hiperinflación del país se refleja en el consumo de alimentos de los venezolanos según lo indicó el diputado Alfonso Marquina cuando analizaba que la desaceleración ha ocurrido por la reducción del consumo de alimentos ya que muchas personas están perdiendo su poder adquisitivo.& ;
El parlamentario detalla que «Este año el consumo de leche es de tan solo 3 litros per cápita, esto da una reducción del 83 % del consumo en leche (…) en el caso de consumo de carne de res la reducción es del 80 %. Estamos hablando que en el año 2012 los venezolanos consumían 23 kilos promedio de carne de res y en el año 2019 el consumo promedio es de 4 kilos»& ;
Marquina aclaró que en el país apenas se está produciendo el 20% de lo que se consume y atribuyó la crisis que vive la nación petrolera a las políticas que ha implementado Maduro.& ;
El Parlamento, único poder controlado por la oposición, divulga desde 2017 su propio índice inflacionario en respuesta al silencio estadístico del BCV, que llevaba tres años sin dar datos hasta que volvió a ofrecer en mayo, aunque desde entonces no lo ha vuelto a hacer.