Nelson Altuve | LA PRENSA DE LARA.- A Mercedes Margarita el mundo se le vino encima en un abrir y cerrar de ojos. Su rostro lleno de lágrimas casi no le permitían articular palabras, el dolor ante la pérdida de sus seres queridos la hizo viajar desde Bogotá en contra de cualquier pronóstico.
«Solo rogaba por ver al menos a mi hermana, tenía aún la ilusión de que estuviera viva. Ya traía el dolor por la pérdida de mi madre, pero ahora esto, mi hermana también falleció, no lo quería creer», agrega la adolorida mujer.
Pérez Carreño está devastada por la tragedia familiar, luego de la inundación de la quebrada La Yeguera y el Carapo que arrasaron con la vidas de sus seres queridos en la noche aciaga del sábado cuando las lluvias desataron la crecida de los afluentes.
Agotada pese a ser una mujer fuerte, dice no tener corazón para ir a ver el sitio de la tragedia ni lo que quedó de la casa. «No he logrado verlas, aún sus cadáveres no los han traído» decía mientras declaraba para algunos medios de comunicación, en la mañana del lunes.
En medio de los sollozos, la integrante de los Pérez Carreño dijo que se enteró de la situación que se vivía en Rubio cuando se encontraba trabajando, y al regresar a casa le confirman la infausta tragedia, ese sábado.
El poder de las redes
El domingo sin pensarlo tomó un vuelo Bogotá-Cúcuta para trasladarse con otros familiares hasta la frontera e intentar entrar a Venezuela. Agrega que intentaron pasar el puente Simón Bolívar, explicando a las autoridades la situación, pero los militares venezolanos negaron el acceso.
«Fue imposible, no nos dejaron pasar, alegaban que era un decreto presidencial; intentamos por las trochas, pero el río estaba muy crecido. Una amiga nos estaba colaborando desde el lado venezolano y nada fue imposible con ellos».
Agregó que decidieron ir por Ureña, pero allá se encontraron con la misma posición inhumana y cerrada de los militares venezolanos. «El señor de allí nos dijo que volviéramos a insistir por San Antonio, que ellos no tenían autorización. Insistimos por San Antonio, pero era imposible».
Ante la desesperación, cuenta Margarita que tomó la decisión de escribir su situación por las redes, para llamar la atención. El mensaje rápidamente agarró vuelo y se hizo viral. No pasaron 15 minutos cuando recibieron la autorización de entrar a Venezuela. «Debo decir que del lado de las autoridades colombiana nunca tuvimos problemas».
Así fue el viacrucis de esta joven mujer, que perdió a dos queridas integrantes de la familia. A su madre Marina, y a su hermana Mayra, con las que tenía permanente contacto y ayudaba económicamente desde que se marchó a Bogotá junto a otros familiares a tratar de ganarse la vida, ante la crisis social y económica de Venezuela.
Fuente: La Prensa del Táchira.