María B. Jordán | LA PRENSA de Lara.- Los cuidan y les dan amor. Abuelos son cuidados en el Ancianato Bartolomé Finizola Celli, pero cada día se les complica atenderlos porque en estos días son menos las ayudas y aportes que reciben.
La «residencia», como todos la llaman, se ubica en Duaca, municipio Crespo y últimamente se la han visto «fea» porque cuentan con colaboraciones que no alcanzan de mucho, pues la alcaldía solo les da 60 mil bolívares al mes y a veces se atrasa, comentó la señora Pastora de Arteaga, encargada del lugar, quien asegura que hace un año el ente les entregó una cocina, una nevera y dos sillas de ruedas. «Pero hasta el sol de hoy no colaboraron más, hay que decir lo bueno, pero lo malo también«.
La señora Arteaga detalló que atienden a 12 abuelos y por lo menos cinco más que van a buscar su comida todos los días. «Cómo les dice uno que no, la residencia tiene capacidad para atender al doble de las personas, pero no podemos porque no tenemos ayuda de nadie», asegurando que ellos temen cerrar sus puertas para no dejar a los abuelos a la buena de Dios, pero las donaciones están difíciles. «Siempre hay alguien que nos colabora, pero no es lo mismo que antes«.
Los abuelos necesitan una dieta balanceada, pero ellos le dan lo que pueden comprar o lo que les llevan «a veces pasta o arroz, pero más que todos nos traen lentejas«, detallando que el otro dilema son los medicamentos. «Uno llama a los familiares, pero se desentienden de ellos», por lo que en una oportunidad se les dañó una insulina por los cortes de luz. «Resolvemos con lámparas de gasoil, pero eso no refrigera».
Arteaga detalló que ellos se ayudan vendiendo ropa usada que las personas les llevan. «Compramos lo que nos alcanza con ese dinero«.