Lorena Rojas | LA PRENSA DE LARA.- Cuatro horas trágicas llenas de sufrimiento y desesperación vivió Edelvic Rodríguez, hija del señor Pastor Rodríguez, quien falleció el día de ayer en el asiento de copiloto del carro a los 67 años de edad, luego que el personal médico del hospital se negó a atenderlo por presentar una afección respiratoria que creyeron de se trataba de Covid-19.
Pastor Rodríguez, quien reside en Las Casitas al norte de Iribarren, desde hace 3 años padecía cáncer en la sangre y desde hace 3 semanas estaba presentando recaídas y problemas respiratorios, por lo cual los médicos pidieron una placa de rayos X del tórax, según contó su hija.
«Mi papá tenía diagnosticada leucemia desde hace 3 años, hace 3 semanas me mandaron a hacerle una placa, esta la llevé al centro centinela en Tamaca, pero como no tenían pruebas solamente lo revisaron y me dijeron que no tenía Covid-19, porque no había perdido el olfato ni el gusto y no le había dado fiebre, me dijeron que le siguiera dando los medicamentos», asegura Edelvic.
Pese a que Pastor cumplió al pie de la letra las recomendaciones médicas no tuvo mayor mejoría y el 16 comenzó a sentirse más cansado y más agotado.
La mañana de ayer Edelvic al ver que a su papá le constaba mucho respirar, salió de su casa a las 10:00 am y a las 11:00 am llegó a un consultorio médico ubicado en la avenida Vargas, donde el galeno le informa que tenía muy bajo el oxigeno por lo que tendría un nuevo tratamiento y además sería referido al Hospital Central Antonio María Pineda.
«El doctor me colocó en el informe sospecha de Covid-19 y cuando llego con ese informe a emergencias del hospital me dicen que no me lo pueden atender, que fuese a un centinela y me voy al CDI que está cerca del Domo», explica la hija en medio del llanto.
Con mucho desespero Edelvic llega al CDI Stella Cechini, donde una doctora atiende a su ya convaleciente padre sin siquiera bajarlo del carro. En medio del chequeo médico Pastor exhala su último suspiro.
En el CDI le indican que debe volver al Hospital Central para que le hagan la carta de defunción, ya que allí no están autorizados para emitirlas.
Nuevamente Edelvic se va al Hospital Central, cuando la atienden y ven la placa que le había hecho a su papá hace 3 semanas le aseguran que sí tenía el virus y ordenan el traslado del cuerpo a morgue.
«No entiendo como se contradicen, si días anteriores me dijeron que era no era Covid-19«, dice.
La carta de defunción también fue una odisea según cuenta Rodríguez, asegura que le costó mucho para que se la dieran y que esperó al menos dos horas para su entrega.
El cuerpo de Pastor Rodríguez fue llevado a las salas crematorias de Sercrein en el cementerio nuevo. «Se lo llevaron de una vez y sin autorización», ramató la hija. Eran la 2:00 pm cuando el ruleteo acabó.
En la carta de defunción no tiene diagnóstico sobre las causas de su muerte, sino que se refleja «sospecha de Covid-19», sin embargo le fue realizada la prueba PCR la cual llegará en 15 días aproximadamente y determinará la causa real.
«Aquí no tienen conocimiento, no hay buen manejo de la información, porque el paciente con leucemia tiende a presentar problemas respiratorios, estamos como en la ley del monte, sobrevive el más fuerte», finaliza.
Edelvic es hija única, es docente y tiene un negocio familiar de tapiceria en El Cuji con su esposo.
Para trasladar a su padre desde el norte a los centros asistenciales gastó 50 dólares debido a que compró 20 litros de gasolina a 2.5 dólares cada litro.