Ágatha Reyes | LA PRENSA de Lara.- Estados Unidos afinca la presión al gobierno de Nicolás Maduro para lograr una salida a la crisis venezolana. Donald Trump, presidente norteamericano, ordenó el embargo de todos los bienes de Venezuela en territorio estadounidense, medida que según Juan Guaidó va dirigida a quienes «hacen negocios y se enriquecen a expensas del hambre del pueblo de Venezuela«.
Según especifica Estados Unidos, este embargo comercial, como lo denominan analistas económicos, va directamente a quienes ejercen el poder, y no hacia la ciudadanía, pues deja abierta la posibilidad de ingreso de medicinas y alimentos. Esta medida fue aplicada hace más de 30 años en el hemisferio occidental, y ahora Venezuela pasa a integrar junto a Cuba, Corea del Norte, Siria e Irán la lista de los cinco países embargados por los EE.UU., en este caso con un trasfondo político, pues se busca presionar al oficialismo a permitir que en Venezuela se desarrollen elecciones, pero sin la participación de Maduro.
Guaidó precisó que esta orden del gobierno estadounidense, busca resguardar los bienes del país de un «régimen» que asegura ha hipotecado a Venezuela sin importar que los venezolanos sufran ante la escasez de medicinas y alimentos.
«El embargo es una consecuencia de un régimen que se robó la comida de Venezuela, que hipotecó al país en casos que están presentándose en distintas cortes del mundo. Hoy no hay comida en los anaqueles, no hay medicinas porque se robaron el dinero de los venezolanos», sentenció.
Pero la pregunta que muchos se hacen es ¿qué consecuencias traerá un embargo económico? José Ignacio Hernández, procurador designado por Guaidó aclaró que «no es un embargo en contra de Venezuela: es un embargo en contra del régimen de Maduro. Por ello, la orden no afecta operaciones entre privados«, aclarando que los temas humanitarios no tienen ninguna restricción.
Sin embargo, el economista Gerardo Álvarez, señala que una de las consecuencias es un «aislamiento comercial de Venezuela«, pues el país vive en un 80% de la importación ante la paralización de la producción nacional, y esto puede ser un «golpe certero» al gobierno que quedaría en jaque, pues incluso los países aliados pueden ser sancionados, pues la orden ejecutiva y las declaraciones de John Bolton, asesor de seguridad de los EE.UU., son claras al decir que quienes «ayuden a Maduro también serán sancionados».
Esta medida también es analizada como una forma de decirle al gobierno que debe acelerar el paso en el proceso de negociación entre oficialismo y oposición en el reino de Noruega, pues el politólogo Piero Trepiccione, asegura que la representación de Maduro sólo está buscando ganar tiempo. «Deben acelerar las decisiones políticas al ritmo de la economía y el caos social», explica al ratificar que el único responsable del caos, es el gobierno que sigue jugando con un modelo político «agotado».