José D. Sequera | LA PRENSA de Lara.- Por una peritonitis, custodios del Retén de Menores de Acarigua, en el estado Portuguesa, trasladaron el pasado jueves hasta el Hospital Central de Barquisimeto a Juan Carlos Pinto Rodríguez (19), pero a pesar de estos esfuerzos, murió el viernes en la noche por complicaciones derivadas de la operación.
Aunque habían pasado dos días de su muerte, familiares de Pinto todavía se encontraban ayer en las adyacencias de la morgue. Una tía del muchacho reveló que él había manifestado desde su celda del Retén en Acarigua, que sentía un dolor abdominal fuerte desde el jueves en la mañana.
«A él lo llevaron primero al Hospital de Acarigua, pero allá no lo pudieron atender por motivos desconocidos, sin embargo nosotros no sabíamos nada de su traslado fuera del Retén», contó la señora.
Fueron los directivos del Retén quienes los llamaron para informarles del estado de salud de Pinto y que este estaba en el hospital de Acarigua. Pinto tenía poco más de dos años en dicho centro de reclusión juvenil, tras caer preso junto a un hermano y un amigo de ellos en el 2017 durante una redada de Poliportuguesa en su pueblo natal, en San Rafael de Onoto.
Dos familiares de Pinto, junto al privado de libertad y director del Retén se trasladaron de urgencia a Barquisimeto en una ambulancia. Durante el camino hacia Lara, el joven detenido se quejaba constantemente de dolor, por lo que sospechaban que su apendicitis había pasado a peritonitis.
Al llegar al Hospital Central, a Pinto lo metieron a quirófano de urgencia. Casi simultáneamente, el resto de sus familiares les tocó trasladarse a Barquisimeto en colas, pues son personas de bajos recursos económicos y no encontraron otros medios de transporte para viajar.
El detenido salió de la complicada operación, pues a los médicos les tocó hacer una incisión que iba desde el vientre hasta el tórax. «Era una herida muy grande», contó la familiar, sin embargo él nunca se logró recuperar del todo, hasta que murió el viernes en la noche.
Los familiares de Pinto manifestaron que él se pudo haber salvado, pero no lo atendieron a tiempo en Portuguesa. «Llevan a esos muchachos a centros de salud donde no hay todos los insumos médicos, eso no puede ser», dijo uno de los familiares, denunciando las graves condiciones en las que se encuentran el hospital y los centros de salud en Portuguesa.
Aunque su núcleo familiar cercano vive en San Rafael de Onoto, era una abuela suya quien vive en Acarigua la que se encargaba de llevarle la comida hasta el retén todos los días, razón por la que él mantenía su peso y su estado de salud.
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