Agencias | LA PRENSA de Lara.- La Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, pide este martes que se investiguen las muertes ocurridas en cárceles de América Latina tras diversos motines causados por la falta de protección ante la pandemia del COVID-19 en los centros penitenciarios.& ;
El peor incidente tuvo lugar el pasado 1 de mayo en la cárcel de Los Llanos en Venezuela, donde 47 presos perdieron la vida. Otro motín en la cárcel de La Modelo, en Colombia, dejó en marzo 23 muertos. En Perú, nueve reos perdieron la vida el 27 de abril. Otros incidentes, incluidos intentos de fuga, han ocurrido en Argentina, Brasil, México y Estados Unidos.
«La escala y gravedad de los incidentes mencionados parece indicar que en algunos casos los Estados no han adoptado las medidas adecuadas para prevenir la violencia en las instalaciones de detención y que los agentes estatales habrían cometido violaciones del uso de la fuerza en su intento por recuperar el control de dichas instalaciones», dijo el portavoz de la Alta Comisionada, Rupert Colville.
Colville ha indicado que «los agentes estatales habrían cometido violaciones del uso de la fuerza en su intento por recuperar el control de dichas instalaciones», recordando que en estos contextos la fuerza siempre debe usarse conforme a los principios de legalidad, necesidad, proporcionalidad y no discriminación.
«Hacemos un llamamiento a los estados a llevar a cabo investigaciones exhaustivas, independientes e imparciales sobre los muertos y heridos durante los motines, incluyendo cualquier acusación de violaciones del uso de la fuerza por parte de agentes estatales», ha reclamado.
Colville también ha expresado su preocupación por las «detenciones rutinarias» que se están realizando en algunos países por violar las medidas de confinamiento, lo cual aumenta la población penitenciaria y, con ello, el riesgo de contagio del coronavirus.
En concreto, ha apuntado a El Salvador, donde «recientemente se han impuesto medidas de seguridad extremadamente duras en las cárceles que pueden constituir trato cruel, inhumano o denigrante y pueden también exacerbar las ya precarias condiciones de higiene».
Más allá de la crisis sanitaria desatada por el coronavirus, Colville ha llamado la atención sobre las condiciones en las cárceles latinoamericanas, que son «profundamente preocupantes».
La Oficina de la Alta Comisionada también hizo un llamado a los países para que lleven a cabo investigaciones exhaustivas, rápidas, independientes e imparciales sobre las circunstancias de las muertes y lesiones durante los disturbios, incluida cualquier denuncia de uso de la fuerza por parte de agentes estatales.
También pidió a los países que tomen las medidas apropiadas para evitar una mayor propagación del virus garantizando condiciones sanitarias, acceso generalizado a las pruebas y acceso a la atención médica necesaria para los detenidos, así como equipos de protección personal y pruebas para el personal de la prisión.
Con información de: Noticias ONU
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