Jennifer Orozco | LA PRENSA de Lara – Enardecidos. Así estaban los pasajeros que tardan más de cuatro horas esperando un Transbarca para El Cují– Tamaca en la parada de la calle 28 con avenida Carabobo. Vecinos del sector también denuncian que la aglomeración de personas los preocupa, pues no se están cumpliendo las normas del distanciamiento social que dictan para evitar el contagio de COVID-19.
La parada comienza a llenarse a las 7:00 de la mañana. Adultos, niños y ancianos llegan haciendo fila, esperando el primer autobús que supuestamente debería estar de 7:15 de la mañana a 7:20 a más tardar, pero no llega. «Tienen una semana llegando a las 9:00 y a veces son las 11:00 de la mañana y no ha llegado el primero. Se juntan los pasajeros de la mañana con los de mediodía, cargamos niños que ni han desayunado, no entendemos qué fue lo que pasó con las unidades«, explicó Blanca Torrealba, habitante de La Sábila.
Cerca de mediodía empeora la situación. Llegan más personas, algunos de regreso de sus trabajos, otros que han bajado a comprar en el centro. Con el hambre a millón por ser la hora de almuerzo, la sed y el inclemente sol, se desesperan al ver que tienen unas 70 personas por delante en la cola, pues los de la mañana no han logrado irse. «Esto es injusto, en un rato llegan más pasajeros, a veces son las 7:00 de la noche y esto está full, dónde estan los autobuses que prometió la gobernadora que iban a llegar cada dos horas para sacar a los pasajeros de aqui», se pregunta Claudia Linares, quien reside en Tamaca.
Además de los pasajeros molestos, los vecinos del sector están bastante preocupados, pues estas personas pasan demasiadas horas en el sitio, aglomerados y a veces sin cumplir las normas de salubridad indicadas, lo que les parece que debería ser controlado por algún ente de la gobernación y alcaldía.
«No pedimos que muevan la parada, sólo que venga alguien encargado de Transbarca a controlar la cola para que las personas no pasen tanta roncha y cumplan todos con el uso de los tapabocas. Es injusto para ellos pasar tanto tiempo aquí parados, pero también para nosotros que estamos preocupados por el bienestar de todas las familias que hacemos vida en la zona», explicó Jorge Querales, vecino de la calle 28.
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