Ana Uzcátegui | LA PRENSA de Lara.- «El apoyo internacional no es garantía para lograr un cambio de gobierno. La estrategia de la oposición de generación de expectativas ha sido completamente equivocada, está agotada al igual que la protesta de calle».
La opinión deriva del análisis hecho por Marisela Betancourt, politóloga, al referirse a Juan Guaidó y las acciones aplicadas el último año. Considera que el líder democrático se ha centrado en lograr apoyos internacionales, pero ha descuidado su discurso dirigido a la población, y mientras eso sucede, «el gobierno dirige, diseña y controla la transición de hegemonía de poder«.
«Sí se está dando una transición», afirma la analista política, pero no de un cambio de gobierno democrático, «hay una transición en el reacomodo económico y en el discurso chavista que ahora es una izquierda más ortodoxa», dice.
¿Qué le ha faltado a la oposición para tener éxito?
El elemento sorpresa, la oposición sigue teniendo una narrativa épica, en la que dice «no vamos a ir a elecciones con una tiranía», pero la realidad es que las elecciones se terminan materializando. Estamos viviendo una transición que domina el gobierno, cualquiera puede pensar que esto es una contradicción, pero la transición no sólo implica un cambio de régimen político, la realidad es que se está dando una transformación muy profunda liderada por el chavismo.
¿Habla de una transición por lo permisivo que se ha convertido el gobierno en lo económico?. ¿Qué ha pasado con el socialismo?
El chavismo comienza a ser una izquierda más ortodoxa y lo que vemos son cosas bastantes graves, la corrupción está desatada y estamos incapacitados para cuestionarla. Venezuela pasó de ser un petroestado a tener un boom con el reparto de las minas que es manejado a discreción. No hay un marco institucional que regule eso, al no tener un marco regulatorio, es una riqueza que queda en manos de un pequeño grupo.
Esta transición que se está dando, ¿acaso no es impulsada por las sanciones internacionales?
Las sanciones han impulsado una reconducción económica y le han hecho daño a los particulares del gobierno, pero estos han logrado oxigenarse manteniendo relaciones con el este de Europa, Rusia, Turquía. Creo que hay un juego perverso en cuanto a las sanciones y queda más en un discurso simbólico amañado por una necesidad de las elecciones en otros países.
Hay quienes piensan que el problema de Venezuela se soluciona con la voluntad política de Donald Trump.¿Qué piensa de la propuesta de intervención militar?
Que es una locura, además detrás de todo este pedido hay una premisa falsa, y es que tenemos 20 años intentando salir del gobierno y no podemos, como si la oposición hubiese sido mayoría durante 20 años, la oposición es mayoría de un tiempo para acá. No hay ningún país contemporáneo que haya tenido una intervención militar exitosa.
¿Y de las sanciones internacionales?, Guaidó ha dicho que su gira internacional ha logrado la presión del gobierno por la vía de las sanciones.
El gobierno tiene un montón de oxígeno, ha sobrevivido. Las sanciones no tumban gobiernos, sí hacen daño pero no sólo al gobierno sino también a los venezolanos.
¿Cómo le hace frente la oposición a un gobierno que controla casi todos los poderes y cuenta con el apoyo militar?
La oposición tiene que hacer un trabajo interno en el sector militar, fuera de las cámaras. Tienen que hacer un trabajo de inteligencia, porque pareciera que el sector militar es impenetrable y se ha convertido en impenetrable porque no se les da opciones. El tema de las sanciones es pegarlos contra la pared.
Es decir, ¿todo cambio de gobierno pasa por el respaldo militar?
Sí claro, la transición hacia un cambio democrático se logra con el sector militar, ¡ojo! nacional. La negociación con los militares, con Rusia y Cuba no puede convertirse en un espectáculo, porque una transición amerita reconocer muchas cosas y ceder.
¿Cuál es el principal reto de Guaidó y la oposición?
El reto es convertir el 80% de rechazo por este gobierno en una fuerza de militancia activa, o sea hay que volver a politizar a la población. El país está despolitizado porque hay una frustración de expectativas. Se ha generado un discurso épico muy lindo, pero que no está en sintonía con la realidad.
¿Ha acabado Maduro con el liderazgo opositor?
Sí, el chavismo ha logrado arrasar con el liderazgo opositor. No hay un apoyo a la oposición por su liderazgo, hay un apoyo porque hay un rechazo al gobierno.
¿Ha subestimado la oposición a Maduro, porque hasta han hecho chistes de su capacidad intelectual?
Completamente, eso ha sido un error. Maduro ha demostrado ser un tigre a nivel político. El chavismo no tiene todo el mérito, la oposición no ha podido conectarse emocionalmente con la gente. Muchos se sienten más identificados con el discurso del chavismo, rechazan al gobierno, pero eso no los termina de convencer para votar por una opción opositora.
2020 es un año electoral ¿Cómo ve los comicios parlamentarios?
Las elecciones se van a dar porque hay un plazo constitucional. Si la oposición no participa el gobierno va a arrasar con una abstención enorme, por supuesto. Es irresponsabilidad que la oposición no asuma estas elecciones, con todos los problemas y atrocidades que puede ejercer el gobierno a través de hegemonía, deben participar, porque no se están dando por sorpresa.
Guaidó convocó para el 10 de marzo, ¿cree que logre el respaldo de la gente?
La calle para dirimir los conflictos de la política nacional es una opción agotada. La frustración de expectativas, establecimiento de plazos ilusorios desinfló la calle. Venezuela no sólo está quebrada económicamente, sino espiritualmente. La gente de alguna manera perdió la fe, y ese tema deben trabajarlo.
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