AnaísMendoza | LA PRENSA.- Durante el primer trimestre de 2017, en la tierra musical de Venezuela no sólo sonaron el cuatro y el corrío, sino también los gritos con llanto y plomazos.
En enero, febrero y marzo de este año se han registrado un total de 212 muertes violentas en la entidad crepuscular. El segundo mes fue donde más manchas de sangre hubo, pues 79 crímenes se registraron durante sus 28 días seguido de enero donde se contabilizaron 76 asesinatos y marzo cerró con 55 víctimas fatales.
Según las estadísticas que maneja La Prensa en estos tres meses, 26 murieron tras resistirse al robo, 60 por venganza, mientras que 51 fueron abatidos por los diferentes cuerpos policiales.
Estas cifras de 2017 sumadas a los primeros trimestres de hace cinco años atrás genera escalofríos por la cantidad de crímenes que superan los 1300, recordando que 2012 sigue con cifras descabelladas e insuperables en Lara.
Según las estadísticas del Observatorio de Violencia Venezuela, núcleo Lara, en la entidad se registran dos muertes por día perfilando que los homicidios son el punto más alto de la delictividad donde se deben contar los robos a mano armada, hurtos, extorsiones, droga, entre otros delitos.
“En mis tiempos cuando era joven solía ir a Quíbor porque había muchos lugares turísticos por donde pasear, pero ahora se ha vuelto muy peligroso” , recordó un abuelito de lo tranquilo que era Lara. El señor acotó que “ahora todo rincón es peligroso”, cerró el hombre mientras descansaba sentado en la plaza La Moneda de Barquisimeto.
Así se ha vuelto de peligroso la capital de artesanía de Venezuela. Jiménez es el segundo municipio más violento después de Iribarren.
La mayoría de los crímenes en esa jurisdicción es a causa de los atracos, los hampones después de robar les disparan a las víctimas. Desde hace varios años, en Jiménez las bandas delictivas se han vuelto muy poderosas y una de las causas es que los delincuentes se la pasan extorsionado a los agricultores.
De hecho, una familia quiboreña que se dedica a la cosecha de cebollas ha sido atacada dos veces por un grupo delictivo que le ha lanzado granadas a su casa, porque la familia no ha pagado “vacuna” a los delincuentes.
Hasta ahora, el municipio más tranquilo del estado Lara en donde existen menos muertes violentas es Urdaneta, sólo se han registrado tres homicidios en el primer trimestre.
Las mujeres también son blanco de la violencia. En lo que va de año 10 perdieron la vida. Apenas había transcurrido dos días de 2017, cuando fue hallada muerta en su hamaca María Gema de la Cruz Gómez (73). Varios hampones se metieron a su casa a robar.
La abuelita estaba durmiendo cuando los maleantes la atacaron, un golpe en el pómulo derecho, pero además sus atacantes le colocaron un trapo en la boca con el que se presume la hicieron callar y de paso la asfixiaron.
La tarde del 22 de febrero fue asesinada de varias puñaladas y un disparo en el rostro la oficial agregada de la Policía Nacional, Jailin Josu Cantor de (30), el crimen ocurrió dentro de su vivienda.
Los matones se ensañaron porque hasta intentaron quemar su vivienda al prenderle candela a un mueble de la casa, ubicada en el sector Jacinto Lara del municipio Jiménez.
Amores que matan. Eglis Álvarez (28) la asesinó su pareja Alfredo Rojas Castellanos, conocido como “Catire”, al parecer, el lunes 27 de febrero Eglis salió de casa de una hermana a una bodega en Santa Rosalía para comprar un suero.
La familia cree que ella llegó a una bodega cerca de la residencia de Rojas, y ahí se encontraron los dos.
Al parecer, el “Catire” la convenció para que fuera a su casa a conversar sobre la relación que venía resquebrajándose. Fue ahí donde, supuestamente, entre ambos hubo una fuerte pelea, y él la terminó apuñalando para luego ahorcarse.