Euseglimar González | LA PRENSA de Lara.- Vestido de civil y fuera del horario de trabajo murió Édgar Rafael Adán Monges, trabajador de Corpoelec. El hombre, de 32 años, estaba «matando un tigrito» en La Sábila, al norte de Barquisimeto, cuando recibió la descarga eléctrica.
La noche del miércoles Édgar llegó al sector con sus herramientas, pues repararía un transformador por lo que se subió al poste de electricidad. Al parecer cuando el muchacho estaba trabajando recibió el corrientazo y cayó sobre el pavimento, golpeándose la cabeza.
Édgar tenía heridas entre la cara, cabeza y brazos, tras recibir la descarga eléctrica. Vecinos de la comunidad al ver lo sucedido corrieron hasta donde estaba para ayudarlo, pues el joven aún tenía signos vitales. A Édgar lo montaron en un carro y lo llevaron hasta el ambulatorio de Tamaca, donde murió pocos minutos después de ser ingresado.
Las personas que auxiliaron a Édgar comentaron en el ambulatorio que no lo conocían y no sabían mayores datos sobre él, pues sólo le prestaron la ayuda de trasladarlo al centro asistencial.
Funcionarios del Eje de Homicidios del Cicpc llegaron hasta el ambulatorio para hacer las experticias y trasladar el cuerpo hasta la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda, pero no fue sino hasta ayer en la mañana que sus familiares supieron que estaba muerto.
La expareja de Édgar llegó a la morgue del Hospital para identificar el cuerpo, pues le habían dicho que el muchacho había recibido una descarga eléctrica.
Compañeros de trabajo de Édgar no podían creer que estaba muerto, pues aseguraban que lo habían visto ese mismo día en la mañana.