Sin poder realizar autopsia

Anaís Mendoza | LA PRENSA.- El cuerpo en estado de descomposición hallado el viernes y que fue devo­rado por animales en Río Claro no pudo ser identi­ficado porque otros ani­males que rondan por la “morguecita” terminaron llevándoselo.

Ayer en la mañana fun­cionarios del Cicpc, en compañía de médicos fo­renses acudieron a la “morguecita” para reali­zarle la necropsia de ley pero al llegar el cuerpo no estaba. El cadáver fue hallado por residentes del kiló­metro 14 en el sector el vertedero de Río Claro. El cuerpo estaba debajo de una ramas secas de ese sector. Ese día una comisión del Eje de Ho­micidios llegó al lugar, levantó el cuerpo y lo trasladó a la “morgueci­ta” del Cementerio Mu­nicipal.

Gran parte del cuerpo estaba devorado por los animales, se pudo apre­ciar que no tenía ambas manos, la pierna derecha estaba devorada por la mitad, y no tenía la izquierda. Parte de su tra­quea estaba expuesta. En la parte derecha del pecho tenía un tatuaje en forma de cruz y debajo de este las letras “A Y”.

Ese día en la tarde fa­miliares de un joven de­saparecido en Río Claro los buscaban.Se trataba de Alí Ma­nuel Inojosa, de 26 años. Este muchacho fue visto por última vez el domin­go a las 10:00 de la noche cuando salió de su casa en el sector la Lucía de Río Claro.

El primo del muchacho desaparecido le explicó a La Prensa que Alí es un agricultor de esa zona.“En su casa siembra, maíz, caraotas y toma­tes”, explicó el señor de piel morena.

Ellos estaban informa­dos del cuerpo que esta­ba sin identificar en la “morguecita”, y como se estaba haciendo de no­che tenían planeado acu­dir ayer en la mañana pa­ra verificar si se trataba de Alí. Ellos habían colocado la denuncia el martes en la tarde en el Eje de Ho­micidios del Cicpc, se­gún informó el pariente.Ayer en horas de la ma­ñana ningún familiar del fallecido que trajeron los detectives del Cicpc se apersonaron para identi­ficarlo.

En la “morguecita” sólo había una bolsa negra, pero el cuerpo ya no esta­ba, pues los animales los sacaron del lugar y se lo habían terminado de co­mer.