Anaís Mendoza | LA PRENSA.- Casi 130 recluidos del Centro Socioeducativo Pablo Herrera Campins conocido como el Retén de El Manzano iniciaron una huelga de sangre en reclamos por varias razones aunque fundamentalmente, según informan los familiares, se debe a la suspensión de las visitas conyugales.
Precisan los familiares que no quisieron identificarse que los privados de libertad comenzaron a realizarse heridas leves en brazos y pies porque, al parecer, no reciben un buen trato por parte de los funcionarios de la Gobernación de Lara que los custodian y les suspendieron el ingreso de novias y esposas.
Las acciones de sangre, que consiste en pasarse objetos muy filosos o armas blancas por la piel, comenzó el lunes a las 8 de la noche en el sector conocido como Manzanita que se ubica dentro del retén.
“Ellos nos avisaron que se estaban cortando para llamar la atención de la directiva y los ayuden con las necesidades que hay dentro del penal”, destacó la madre de un detenido que no se identificó.
La familiar detalló que algunos reos que tenían heridas fueron llevados para que recibieran atención médica en el hospital central Antonio María Pineda y en el Seguro Social Pastor Oropeza.
“A algunos los habían suturado, pero tenemos miedo de que esta situación siga” destacó otro familiar de un detenido.Ayer en la mañana, La Prensa acudió hasta el sector El Manzano para verificar la información.
Bajo el intenso sol los padres esperaban que las autoridades les dieran razón del estado de salud de los detenidos. Contaron que una de las autoridades del Retén les explicó en el transcurso de la tarde a los familiares que se quedaron esperando una respuesta, que les garantizaban el desayuno y el almuerzo a los detenidos. Pero los familiares indicaron que los alimentos que le dan son muy pocos y esos no los mantiene nutridos.
“Sólo les dan un pedacito de yuca y una arepita pequeña, que no los llena para nada, por eso tenemos que traerle la comida” finalizaron los parientes.
A través de las historias que se escucharon de los familiares de los detenidos se conoció que temen que los reos se enfermen. “Aquí hay casos de presos con llagas porque no hay higiene”, soltó un familiar.