Euseglimar González | LA PRENSA.-“Pensé que se trataba de una broma”, suelta el padre Teófilo Calvo, sacerdote y director del Pequeño Cottolengo. El jueves en la noche tres delincuentes lo atracaron, le quitaron la camioneta y ayer la hallaron desvalijada.
El cura detalla que a las 8:20 de la noche estaba llegando a bordo de la camioneta Jeep Cherokee blanca a la casa del Seminario Don Orione, ubicado en la avenida Los Abogados, cerca del Parque Bararida. Relata que el portón no quería abrir y se bajó para ver qué sucedía.
Justo en el momento en el que el padre se bajó le llegaron tres hampones, que no pasaban de 20 años. Uno lo agarró por el cuello y lo inmovilizó. No sabía qué pasaba. El sacerdote cuenta que no vestía su indumentaria esa noche.
Cuando el padre Teófilo mira a los otros dos hombres, uno de ellos cargaba una pistola. Cuenta que en ese momento trató de resguardar su teléfono para que no se lo robaran.
Yo no tengo nada, no tengo nada”, les repetía varias veces el sacerdote a los tres hombres y fue cuando uno de los choros lo apuntó.
Uno de los tipos se montó en la parte de atrás de la camioneta y los otros adelante. Arrancaron en la camioneta y lo dejaron en el sitio. Al cura no le hicieron nada, él asegura que no fue mucho el susto, pues estaba desorientado por lo que había pasado.
No sé si ellos me esperaban. Ni siquiera sabía que iban era por la camioneta, yo sólo protegía el celular”, cuenta el padre Teófilo.
Tras el atraco el sacerdote fue a denunciar el robo y todos los cuerpos de seguridad se desplegaron para dar con la camioneta que estaba rotulada con el nombre del Pequeño Cottolengo.
No fue sino hasta ayer en la mañana que funcionarios del Eje de Vehículos del Cicpc-San Juan dieron con la camioneta en el sector El Roble, vía El Manzano, pero estaba desvalijada. Le robaron los cuatro cauchos, batería y otras piezas mecánicas.
El padre Teófilo cuenta que reparar la camioneta les saldrá muy costoso, pues no tienen dinero suficiente para costear todos los gastos.