Jennifer Orozco | LA PRENSA.- Ocho detenidos de la División de Homicidios del Cicpc fueron ingresados la mañana de este lunes 27 de noviembre a la Emergencia del Hospital Central por presentar lesiones luego de intentar fugarse de los calabozos.
La situación fue controlada a mediodía. “Querían pasar 24 y 31 (de diciembre) en sus casas”, dijo la familiar de uno de los reos entre risas cuando hablaba sobre los motivos que tuvieron los privados de libertad para intentar huir. Los parientes llegaron hasta el centro de salud para averiguar si alguno de los trasladados eran sus presos, pues en el Cicpc “no dieron información”.
A las 7:00 de la mañana, en pleno cambio de guardia de los funcionarios, los reos comenzaron a gritar que querían ir al baño. En medio de la protesta, comenzó un forcejeo entre funcionarios y reos que querían escaparse.
“Se escuchaban gritos y creo que hasta sonaron dos disparos”, contaba una señora entre lágrimas. La reyerta en total dejó seis reos golpeados y con cortadas leves en diferentes partes del cuerpo. También fue ingresado un reo llamado “Héctor” que, aparentemente, se lanzó del segundo piso de la sede policial hacia la calle, pero los funcionarios lo agarraron y lo trasladaron hasta la Emergencia en ambulancia.
En la sede de Homicidios, que está en la avenida 20 con calle 34, los familiares discutían con los funcionarios porque, supuestamente, los policías les negaban el pequeño motín además de que no les recibían la comida que rutinariamente le llevan los familiares a los presos.
Al parecer, la principal queja de los detenidos es que están hacinados en un calabozo de tres metros cuadrados donde podrían estar 50 personas y hay más de 100.
“Esos calabozos no tiene capacidad de tener todos esos presos, pero no vemos que trasladen a nadie”, aseguró el padre de uno de los detenidos. Presuntamente desde hace 8 días se espera traslado hasta la cárcel Fénix de los presos que hasta tienen su uniforme azul, pero todos los días “los rebotan” diciéndoles que aún no hay cupo.