Jennifer Orozco | LA PRENSA.- Tuberculosis, parásitos y desnutrición. Todos los padecimientos se le juntaron a Yorvis José Escalona Uranga (29), quien fue ingresado el domingo a las 2:00 de la tarde al Hospital Central y murió a las 9:30 de la noche, luego de retirarle el respirador artificial y que le diera un paro respiratorio.
Yorvis era de Yaracuy, pero tenía ya 15 años viviendo en Barquisimeto en Barrio Unión. Estaba preso por robo agravado y lesiones personales desde hace 8 meses en la comisaría Juan de Villegas I, sector Andrés Eloy Blanco.
Aunque Yorvis siempre fue delgado, en la cárcel comenzó a ponerse más flaco y demacrado. Sus familiares aseguran que ellos siempre le llevaban su comida, pero sospechan que no se la estaban haciendo llegar completa, pues Yorvis estaba padeciendo un cuadro de desnutrición severa y anemia.
Esto llevó a su organismo a bajar las defensas. También tenía parásitos intestinales. Sus familiares aseguran que de todo eso se contagió tras entrar a esos calabozos. El remate a su salud fue cuando se contagió de tuberculosis y a pesar de que estaba siendo tratado, tenía muchas dificultades para respirar.
La semana pasada lo habían trasladado varias veces al ambulatorio de La Carucieña, pero apenas mostraba alguna mejoría, lo regresaban a la celda.
La madre de Yorvis había pedido una medida humanitaria en Tribunales, pero estaba esperando que le respondieran.
El domingo en la mañana, Yorvis le dijo a sus custodios que no podía respirar, se sentía débil y cansado. Los polilara de guardia de ese día lo subieron a una patrulla y lo llevaron al ambulatorio de La Carucieña. Allá fue remitido y llevado en ambulancia hasta el Hospital Central.
Sus familiares se movieron para buscar todo lo que le pedían. Tuvo el primer paro respiratorio luego de ingresar y de allí no volvió a respirar solo.Murió a las 9:30 de la noche.
Familiares aseguran que en esas celdas se violan todos los derechos humanos, como el derecho a la salud porque a veces no tienen traslados, así como el derecho a la vida.