Euseglimar González | LA PRENSA de Lara.- Como Yoender José Mendoza Rodríguez (28) fue identificado el hombre hallado en estado cadavérico el sábado en la tarde en la vía hacia San Miguel, municipio Jiménez. Familiares lo reconocieron por su vestimenta y que dentro del pantalón llevaba su cédula de identidad.
Yoender fue hallado con una parte de su piel devorada por animales. También se le visualizaba en la espalda un tatuaje, lo que terminó de convencer a sus familiares de que se trataba de él y que la búsqueda había terminado.
El lunes en la mañana, funcionarios del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamecf) junto al Cicpc llegaron a la morguecita del Cementerio Municipal, ubicado en la avenida Florencio Jiménez, para realizarle la autopsia y, según fuentes policiales arrojó que Yoender fue asesinado de un golpe en la cabeza, pues presentó una fractura de cráneo.
Se pudo conocer que desde la segunda semana de mayo, los familiares de Yoender comenzaron a buscarlo por todas partes. El muchacho vivía en Sanare, municipio Andrés Eloy Blanco. El 16 de ese mes denunciaron en la Subdelegación de Quíbor del Cicpc sobre su desaparición y desde ese momento los distintos cuerpos de seguridad del estado iniciaron las investigaciones para dar con su paradero.
El sábado en la tarde los familiares llegaron hasta un botadero de basura, cerca de San Miguel, pues le habían dicho que por la zona se sentía un mal olor a «muerto», pero que no era de animal, sino de persona.
En un terreno baldío a ocho metros de profundidad estaba la osamenta de Yoender y a los pocos metros su cabeza. Detallaron los vecinos que los parientes apenas le vieron su ropa supieron que se trataba de él.
Al sitio del suceso llegaron funcionarios de Polilara para resguardar el sitio, mientras llegaba el Eje de Homicidios del Cicpc e hicieran el levantamiento del cadáver. El cuerpo fue trasladado ese mismo día hasta la morguecita, pero no fue sino hasta después del fin de semana que le realizaron la necropsia para determinar las causas de muerte.
Una fuente indicó que Yoender tenía un registro policial por robo, en 2011 el hombre estuvo detenido por el delito de robo de vehículo. Supuestamente, el crimen fue por un ajuste de cuentas, pues el muchacho tendría problemas con unos hampones del municipio Jiménez, aunque esta versión está siendo investigada por los funcionarios del Eje de Homicidios del Cicpc, base Quíbor, para poder determinar el móvil del asesinato.
LA PRENSA trató de ubicar ayer en la mañana a los familiares de Yoender en los alrededores de la morgue para que dieran su versión de los hechos y los días que vivieron sin saber de su paradero, pero no fue posible debido a que se encontraban en el registro civil del Hospital Central.
Segunda osamenta durante el año
Con la osamenta de Yoender, sería el segundo hallazgo durante el primer semestre del año. En enero, funcionarios del Eje de Homicidios del Cicpc dieron con restos humanos que estaban enterrados en un cerro del sector Agua Viva, ubicado entre el barrio La Lucha y Colinas de Pílade Montezuma II.
Los «petejotas» llegaron hasta el cerro y excavaron hasta dar con los restos óseos. Ese día los vecinos de la comunidad indicaron que los uniformados permanecieron por más de dos horas en la zona boscosa, pero desconocían qué estaban buscando.
Según fuentes ligadas a las investigaciones en enero, fueron pocos los huesos que lograron colectar como evidencias, pues presumen que una vez la persona fue asesinada le prendieron candela al cadáver.
Además explican que debido al fuego y al tiempo de enterrado que tenía el cadáver, los huesos se pulverizaron.