William Croes | LA PRENSA.- Érick Peraza presenció cómo en 20 minutos las llamas consumieron su más preciada inversión. Un presunto cortocircuito en la pila de la bomba de la gasolina produjo el chispazo que se transformó en voraz candelero que devastó su Chevrolet Optra año 2011 full equipo.
Peraza, que había culminado su turno de trabajo en Venezolana de Cementos, salió de la planta en su carro. A pocos metros de la entrada sintió una falla en el carro que lo llevó a detenerse en un canal auxiliar muy cerca de la avenida Intercomunal Barquisimeto-Duaca.
El señor llamó por el celular al mecánico para reportar la falla. Pero en un instante vio cómo empezó a salir un humo espeso del carro que, en cuestión de minutos, se convirtió en una inmensa llama color naranja fluorescente que se avivaba con el pasar de los minutos.
El señor fue auxiliado por compañeros de trabajo que caminaban por la zona. Le echaron un poco de tierra para sofocar el fuego, pero no dio resultados. En cuestión de minutos llegó la brigada de emergencias de la planta a combatir el incendio que robaba la mirada de todas las personas que conducían por la transitada arteria vial.
Un par de trabajadores se enfundaron el traje impermeable, tomaron un par de extintores de 20 kilogramos y rociaron por la parte trasera el polvo químico. Sin embargo, el fuego ya era suficientemente potente y muy poco pudo hacer la brigada a pesar del esfuerzo.
Peraza presenciaba todo desde cerca, pero no intervenía, estaba en un estado de shock. Cuando la brigada le ganó al fuego ya quedaba solamente el caparazón de su Chevrolet Optra 2011. El señor estaba tan destrozado que no pudo dar los datos a los funcionarios policiales y tuvo que ser atendido por los mismos paramédicos.