Edy Pérez | LA PRENSA.- Dos decapitaciones. Al mejor estilo de cualquier película de Quentin Tarantino los reos de la comandancia de Polilara de “La 30” decapitaron a sus compañeros Miguel Ángel Gutiérrez y a Edixon Chirinos. Usaron armas blancas para propinarles puñaladas, cortarles la cabeza, dedos y brazos.
Pero todavía en los calabozos no se ha hecho ninguna requisa profunda. El director de seguridad y orden público, Edilberto León, ha explicado en varias ruedas de prensa que necesitan autorización y presencia del fiscal 13 en materia de cárceles para que los policías puedan entrar a hacer la requisa.
La visita del fiscal garantiza a los detenidos los derechos humanos, pero desde que se registró el atroz crimen, el 11 de septiembre, no ha implementado una medida para tratar de desarmar a los 219 reos que permanecen hacinados en los calabozos que tiene capacidad de 80 prisioneros.
Este atroz doble crimen está sin responsables. Los hombres del Cicpc aseguran que es un trabajo difícil dar con el responsable y hacerlo pagar. “En la 30 está pasando lo que ocurría antes en Uribana”, se atreve a comentar un policía de Lara que trabaja allí pero que no da el nombre.
El funcionario denuncia que algunos policías corruptos les pasan láminas de acero a los reos para que hagan chuzos. Miembros de la directiva explican también que los presos se encargan de sacar vigas y ellos mismos hacen sus armas.
Los crímenes de Edixon y Miguel dejaron al descubierto que en la comandancia los reos están armados y además están pasando hambre. Ambos presos robaron catalinas y harina pan de sus compañeros y por eso los asesinaron. Otros fueron cortados como represalias por robar alimentos.