Euseglimar González | LA PRENSA.- Hasta su último día luchó por acabar con las bandas delictivas en Lara. José Luis Rodríguez Linárez, de 33 años, apodado cariñosamente como el “Puma”, murió el lunes en la tarde en un enfrentamiento contra unos hampones, en el sector 5 del barrio La Paz.
El detective, adscrito a la Subdelegación de San Juan del Cicpc, pertenecía a la Brigada Contra Bandas Organizadas y contribuyó en acabar con varios grupos de criminales en la entidad.
El “Puma” tenía seis años de carrera en el Cicpc, experiencia que le permitió conocer a fondo el funcionamiento de agrupaciones delictivas en Lara para luego desmantelarlas. Este mes fue ascendido al rango de detective agregado.
Su mayor logro junto a sus compañeros fue disolver la banda de José Gregorio García García, apodado el “Carotica”, quien se lucraba con el robo de vehículos y distribución de droga.
Además, Rodríguez Linárez estaba por terminar con la banda de los “Valencianos” que, según las autoridades, es liderada por Raúl Antonio Mendoza Mercado alias “Raulito”. Se pudo conocer que el lunes en la tarde la comisión estaba en La Paz, en busca del hampón.
Una fuente reveló a La Prensa detalles sobre el enfrentamiento a balas que ocurrió el lunes a las 3:00 de la tarde en una vivienda del sector 5. Los detectives se encontraban en la zona haciendo labores de inteligencia. Cuando llegaron a una vivienda, los funcionarios rodearon el sitio y entraron al interior. Uno de los hampones (que resultó abatido luego) se escondió en un cuarto y, supuestamente, sorprendió a José Luis y comenzó a dispararle a la comisión.
Los funcionarios accionaron sus armas y comenzó el intercambio de disparos, pero una de las balas alcanzó al “Puma”, quien cayó malherido. Aunque sus compañeros lo trasladaron de inmediato al Hospital del Seguro Social Pastor Oropeza, el funcionario había dejado de respirar.
Aunque José Luis junto a sus compañeros de brigada desmantelaron muchas bandas, hace tiempo estuvieron en una situación similar, pero logró salir ileso, según contó un compañero. Durante el funeral las lágrimas y tristezas embargaron a los familiares y amigos de José Luis. El pasillo de la sala velatoria estaba repleta de coronas y arreglos florales.
Compañeros de trabajo de Rodríguez Linárez permanecieron allí y lo describieron como un “excelente detective”. “Murió haciendo lo que desde muchacho le gustó”, comentó un allegado a la familia.