LA PRENSA.- Por lo menos 100 mil bolívares dejaron de vender ayer en la panadería Nueva Zelanda luego de que uno de los dos hornos que están en la cocina hiciera combustión y se incendiara.
Eran aproximadamente las 12:30 del mediodía de ayer. Los panaderos habían metido a cocinar el pan. El horno, que trabaja con gasoil, cocinaba a unos 250 grados centígrados. En cuestión de segundos, el pastelero José Carrasco ve la humareda que sale del horno. De inmediato alertó al resto de las cocineras y panaderos, tomaron los extintores y empezaron a rociar el horno. Mientras intentaba sofocar el fuego llamaron a los bomberos.
Los trabajadores que estaban en la barra y los clientes salieron del local mientras que algunos siguieron apagando el horno. Ellos mismo no lograron acabar con el incendio, pero “gracias a Dios”, como dijo el encargado de la panadería, los bomberos de la Carabobo llegaron muy rápido y fueron ellos quienes acabaron con el conato de incendio. En un carro bomba y una cisterna llegaron 12 funcionarios bomberiles. Se bajaron y usaron 10 mil litros de agua para sofocar las llamas por completo. Lo único que perdieron fue las ventas del día porque ninguno de los empleados resultó con heridas.
Se cree que el horno solo sufrió daños en las tuberías y en la pintura. En los seis años que lleva el señor José Carrasco trabajando en la panadería es primera vez que le toca pasar por una situación así. “Esto fue un accidente, porque aquí siempre le hacen mantenimiento a los hornos” comentó en empleado que tenía cenizas negras en su ostro y harina en sus lentes.