Euseglimar González | LA PRENSA DE LARA.– Entre 20 y 100 dólares le pagaban a Deyarlick Clarimar Parra Leal, de 22 años, conocida bajo el seudónimo «Madina» y natural de Barquisimeto, por cada material audiovisual donde se reflejara maltrato animal, en cuyos videos aparece ella como protagonista.
En un video que fue divulgado por la Fiscalía General de la República, se muestra a la mujer que llevaba puesto un vestido y unos zapatos deportivos blancos, y en las imágenes se ve cómo ella agarra a un cachorro le cierra el hocico con cinta plástica y con la mecha de un taladro lo perfora por el ano.
Al final del material, se muestra cuando el perro está muerto, mientras que la mujer se toca sus partes íntimas y orina sobre el animal.
El fiscal general, Tarek William Saab informó sobre la detención de la mujer por comercializar pornografía con animales.
En su cuenta de Twitter, William Saab informó que la detenida vendía imágenes en las que se mostraba el maltrato animal mediante una práctica denominada «Animal Crush Fetish», que consiste en generar excitación sexual mediante el aplastamiento o tortura prolongada a animales.
Se pudo conocer que en páginas web Deyarlick usaba el seudónimo de «Madina» para entrar a chat donde, presuntamente, comercializaba los videos de «Crush fetish».
La detención de Deyarlick la realizaron funcionarios de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES), en la Ruezga Norte, sector II.
LA PRENSA pudo conocer que ayer en horas de la tarde Deyarlick fue presentada ante Tribunales y tras la audiencia de presentación quedó privada de libertad por los delitos de resistencia a la autoridad, asociación para delinquir, pornografía, apología del delito y maltrato animal.
Segundo caso
En septiembre, dos mujeres y un hombre fueron detenidos por el GAES- Lara por presuntamente abusar sexualmente de sus hijos, maltratar animales y grabar con fines comerciales videos pornográficos infantiles.
Según la fuente, Geraldine Hernández, Yamilex López y Jackson Goyo eran «socios». Al parecer todo comenzó cuando Goyo encontró compradores de videos fetiches a través de redes sociales, que le pedían aplastar cosas con los pies. Los «jefes» de esta red están en Rusia y les daban órdenes de qué querían comprar.