Euseglimar González | LA PRENSA.- ¡Ay, me quedé sola!, no... por qué, gritaba y lloraba una mujer familiar de Ricardo José Angulo Salazar, de 32 años, asesinado la noche del viernes en El Cují.
La mujer abrazaba a otra dama, ambas vestidas de color negro y lloraba desconsolada cuando sacaban el cuerpo de Ricardo de la morgue al coche fúnebre. Los gritos invadieron por unos segundos la morgue del Hospital Central.
Ricardo murió de múltiples disparos el viernes a las 8:00 de la noche en El Cují, aparentemente cerca de su casa, aunque intentaron auxiliarlo no pudieron, pues el hombre ya había muerto.
Funcionarios del Eje de Homicidios del Cicpc se trasladó hasta el sitio para hacer el levantamiento del cadáver y colectar las evidencias, para así comenzar con las investigaciones correspondientes al caso. Se pudo conocer que el móvil que manejan los “petejotas” es venganza, aunque siguen indagando en el caso.
Ayer en la mañana el cuerpo fue entregado a sus familiares, al parecer lo sepultarían en Sanare, supuestamente toda su familia era del municipio Andrés Eloy Blanco.
Según la página web del TSJ, Ricardo tenía antecedentes por el delito de porte ilícito de arma de fuego en 2004 y hasta pagó condena.
Según el expediente, a Ricardo en septiembre de 2004 el tribunal de Juicio Nº 2 en lo Penal del Circuito Judicial, dictó sentencia e impuso la pena de un año y seis meses de prisión por el delito de porte ilícito. Aunque en julio de 2005, ese mismo Tribunal otorgó el beneficio de Suspensión Condicional de la Ejecución de la Pena, por el lapso que le faltaba por cumplir de la pena.