E. González/A. León | LA PRENSA.- Robo, persecución, drama y negociación vivieron los 22 pasajeros que fueron víctimas del rapto en una unidad de transporte público que se dirigía hacia San Cristóbal.
Tras media hora de mediación, funcionarios de la Subdelegación Barquisimeto del Cicpc lograron que los choros, de 15 y 17 años, se rindieran y entregaran a los rehenes.
Ayer los dos menores fueron presentados ante la Fiscalía 18 del Ministerio Público por los delitos de robo frustrado; resistencia a la autoridad; porte ilícito de arma y secuestro.
El miércoles, pasadas las 6:00 de la tarde, los dos malandrines robaron a una joven cerca de la calle 42 con avenida Venezuela, los chamos fueron “pillados” por unos “petejotas”. Luego de robar se fueron corriendo y los funcionarios le dan la voz de alto, pero ellos salieron corriendo para evadir la comisión. Los chamines llegaron hasta la parada de la línea “La Pastora” y se subieron a una buseta que estaba casi que salía hacia Táchira.
Uno de los chamitos encendió la unidad y arrancaron por toda la calle 42 hasta la avenida Libertador, iban a alta velocidad. Los pasajeros estaban en shock, no se movían, mientras que el otro chorito, supuestamente, con un arma los amenazaba para que se quedaran “quietos” y no hicieran nada.
Cuando el autobús estaba en la Libertador, el que iba a bordo del volante cruzó en sentido contrario por el canal de servicio a toda velocidad. La comisión que los iba siguiendo pidió apoyo a las demás comisiones del Cicpc para que hicieran un cerco y lograr detener la unidad.
En la carrera 3 con calle 2 de San José los “petejotas” tuvieron que disparar contra los cauchos para que la Encava se detuviera. Todo el sector estaba repleto de funcionarios, eran más de 50. Los chamines, al verse “acorralados”, cerraron todas las ventanas de la unidad y comenzaron a amedrentar a los pasajeros y, supuestamente, les decían que iban a morir.
Aunque eran unos menores, los chamitos estaban violentos, tomaron de rehenes a los 22 pasajeros para que el Cicpc no les hiciera “nada”. Al sitio llegó la Brigada de Acciones Especiales (BAE) y con sus tácticas comenzaron a mediar con los malandros.
Dentro de la unidad iban dos niños, tres mujeres y 17 hombres. Se conoció que los dos chamos estaban armados con chopos. Los funcionarios comenzaron a mediar con los choros para que soltaran a los pasajeros, pero no querían. Tras unos minutos los chamos aceptaron que se bajara sólo la mitad de los pasajeros, mientras que la otra quedó dentro.
Todos los pasajeros se mantenían en silencio, en la zona sólo se escuchaba las voces de los hampones hablando con los funcionarios. No querían nada, la situación se ponía más tensa y los chamos más violentos.
“Entréguense que respetaremos sus derechos”, era una de las palabras que les decían a los choros, según se conoció por fuentes del Cicpc. Esta vez, la negociación duró 30 minutos y fue cuando los tipos aceptaron soltar a la otra mitad de los pasajeros y ellos fueron capturados de inmediato.
En el sitio estaban todas las pertenencias de las víctimas y los “petejotas” lograron incautar como evidencias las dos armas que cargaban los choritos y el autobús de 30 puestos. Nadie resultó herido y sólo fue un susto lo que pasaron los pasajeros.
El rapto duró aproximadamente una hora y media, hasta que los funcionarios del Cicpc lograron la captura de los chamos.
No concreta
Geovanny Peroza, secretario general del Sindicato Automotor del estado Lara, aseguró que ante la inseguridad que pasan los transportistas a diario no existe un plan de contingencia o de seguridad que los proteja.
Por más que han hablado con el gobierno nacional, regional y municipal aún no se ha dado un plan concreto que los resguarde.
Las consecuencias de no tener un plan concreto de seguridad se lo llevan los usuarios y transportistas que son a diario ultrajados por la delincuencia. Aceite, cauchos, baterías y objetos personales es lo que más se agarran los delincuentes durante los robos a los transportes.
Peroza asegura que en más de una ocasión han pedido que se restablezcan servicios de seguridad, como las brigadas de transporte (que necesitan ser reequipadas con urgencia), se efectúen con más frecuencia las alcabalas relámpagos y se mantengan recorridos permanentes por los “puntos más inseguros” de la ciudad.