Euseglimar González | LA PRENSA de Lara.- «Un carro lento pasó por el taller (donde trabajaba mi hijo con su papá) una mujer acompañada de un hombre, señaló hacia adentro. Sospechamos que sean familiares del amigo que mi hijo accidentalmente le disparó hace cuatro años», es lo que contó Angli Goyo, madre del jovencito que murió en supuesto enfrentamiento, cuando hace entender que teme alguna represalia por ese suceso.
Ella junto al padre de su muchacho aseguran que el tiroteo contra el Cicpc se trató de una venganza y que desde esa vez vive con temor. Informa que está angustiada, pues teme por la vida de su familia. Relató que hace dos años (en octubre de 2017) a su hijo Johan Tovar, lo acosaban en su liceo, lo perseguían en carros y al parecer, así habría ocurrido su crimen, tras correr para huir de unos hombres armados que le dispararon.
La madre del joven contó que en octubre de 2015 él junto a dos amigos se fueron para el taller de su papá, ubicado en Pueblo Nuevo y supuestamente ellos le dijeron que les mostrara el arma (que la tenía su padre escondida), tras varios minutos de que ellos insistieran fue a buscarla y como estaba cargada el arma se accionó e impactó contra el rostro del joven de 14 años.
«Desde ese día la vida a mi hijo le cambió. Permaneció 40 días recluido en el retén de menores, mientras que su papá fue detenido por porte ilícito de arma de fuego. Fiscalía hizo reconstrucción de los hechos, las investigaciones arrojaron que fue un homicidio culposo y ellos salieron en libertad», relató Goyo.
La madre contó que luego de que el muchacho salió, inició tercer año de bachillerato, pero lo acosaban (Supuestamente familiares del amiguito muerto), en los alrededores de la institución pegaban pancartas y lo llamaban asesino.
«Siento temor porque qué casualidad que estamos en octubre (misma fecha en la que en 2017 rondaron el taller). Ahora no sé a quién buscan, ¿será a su padre?. Qué más quieren de nosotros», comentó Angli la mujer al suspirar.
Johan Tovar, padre del joven que murió en San Francisco el 6 de enero, contó que se siente inseguro cada vez que llega a su lugar de trabajo (torno), el mismo sitio en donde trabajaba con su muchacho.
«Esa muchacha es familia del amiguito de mi hijo. La reconocimos, ahora me preguntó qué más quieren, ya yo estoy viviendo mi luto igual que ellos. Ya mi hijo no está», comentó.
La dama junto a su esposo pidieron que los dejen en paz y que no regrese el acoso. «Déjennos vivir nuestro luto», denunciaron.