José Daniel Sequera | LA PRENSA de Lara.- Familiares de dos de los abatidos del viernes pasado afirmaron que desde hacía tiempo, funcionarios de las FAES los habían estado «rondando» por sus casas para llevárselos detenidos, pero o no los encontraban en la casa o la familia no permitía que se lo llevaran.
«Hace más de un mes pasaron varias camionetas de las FAES por la casa, pero no había ocurrido nada. Puedo dar fe que mi hijo salió de la casa sin armas, sólo iba a darle la vuelta al rancho de la novia», es la frase que utiliza la madre de Geissen Samuel Mendoza, de 32 años, para defender la inocencia de su hijo, que cayó muerto en un enfrentamiento en el sector El Mayal de Cabudare.
La dama contó que su hijo sí había estado preso en Uribana, pero salió hace cuatro meses en un plan Cayapa, aunque fue advertido que debía «tener cuidado en la calle». «A él le dieron un régimen de confianza y tenía que presentarse mensualmente en la cárcel de la 13, pero aún seguía apareciendo en Siipol como solicitado», comentó.
Por esa razón es que Geissen se la pasaba siempre encerrado en casa de su madre, en la calle 2 del sector Alí Primera de Cabudare, en compañía de sus tres hijos de 14, 9 y 6 años.
Casi la misma historia contaron los familiares de Edinson Pérez (34), abatido junto a otros dos hombres en La Morita ese mismo día. Pérez estuvo preso en 2016, tenía libertad bajo régimen de presentación, pero ya estaba próximo a tener la libertad plena. Hacía un mes una comisión de las FAES se lo quiso llevar, pero sus allegados no se lo permitieron.
«El día que lo mataron, había llegado a las 3:00 de la tarde a la casa de la suegra, donde estaba el otro muchacho (Elvis Vargas) comprando una leche. Ninguno cargaba arma, pero en eso llegaron las FAES y los montaron a los dos en la camioneta, y al rato los mataron», contó un familiar.
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