Mario Sosa | LA PRENSA.- El Centro de Coordinación Policial Torres volvió a ser escenario sangriento. En medio de una disputa sobre quién es el “mandamás” del calabozo, los reclusos asesinaron a dos de sus compañeros durante la madrugada del domingo.
A las 6:00 de la mañana, durante la ronda policial fueron encontrados los cuerpos de Ender José Perozo Álvarez, de 23 años de edad y Yonathan Jesús Hernández, 23 años de edad. Se conoció que fueron apuñalados en varias oportunidades mientras dormían. Se presume que los dos reos asesinados estarían involucrados en la muerte de Carlos Miguel Pinto Rodríguez alias el “Platanero”, quien falleció en horas de la tarde del pasado 16 de octubre en una riña.
Fuentes policiales reseñaron que Perozo y Hernández fueron puestos a la orden del Tribunal de Ejecución 2 de Barquisimeto por robo y asociación para delinquir. Además, ambos estuvieron involucrados en una fuga registrada el 15 de febrero de 2013, pero terminaron recapturados en mayo de ese mismo año.
Cabe destacar, que en las adyacencias de la sede policial se encontraban familiares de los reclusos con caras de tristeza y dolor. Se abrazaban entre ellos y lloraban la trágica noticia. Observaron cómo los funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc – Carora), sacaron los cuerpos para trasladarlos hasta la morgue del Hospital Pastor Oropeza Riera, mientras el resto de los privados de libertad gritaban “Gloria a Dios”.
Al parecer, los reclusos expresaron su satisfacción por la muerte de los reos, pues ambos tenían azotados a sus propios compañeros. Algunos familiares trataron de acercarse para ver los cuerpos sin vida, pero los policías formaron un cordón de seguridad para que los del Cicpc introdujeran los cuerpos de forma rápida en la furgoneta.
El director del recinto, Alexander Torres resaltó que ya se iniciaron las investigaciones correspondientes dentro del Centro de Coordinación Policial para encontrar a los responsales del crimen.
El hecho sangriento causó curiosidad y preocupación entre familiares de los demás detenidos, quienes habían acudido a la visita del domingo. Luego de unas horas se permitió la entrada de alimentos para los privados de libertad.
Torres destacó que existe un hacinamiento de 119 reclusos, lo que pudo haber generado conflictos entre los ellos.
Se repite
Los hechos violentos en donde los privados de libertad toman la justicia por sus propias manos se han repetido al menos en cuatro centros de reclusión durante los últimos meses.
Las malas condiciones en las que se encuentran los calabozos obligan a los reclusos a convivir amuñuñados, lo que trae como consecuencia peleas entre los reos.
El robo de comida entre ellos ha sido otra de las causas de estos asesinatos tras las rejas. En noviembre se presentó una situación similar en la estación “Unión” de la Policía de Lara, donde le quitaron la vida a Carlos Luis Valera Aguilar, luego de haber robado un plato de comida.