Gabriel Grisanti | LA PRENSA.- Algunos vecinos de la zona comentaban no haber escuchado las detonaciones, argumentando que en ese momento, iba pasando un avión comercial.
Este sábado 30 de julio después de las 4:00 pm, en la calle 13 con vereda 20 del sector 4, perteneciente a La Carucieña se aglomeraron otros residentes a ver lo que había ocurrido. Allí yacía muerto Yeifren Peña, quien el próximo 23 de agosto estaría cumpliendo 19 años.
Estaba cubierto por una sábana descolorida, ubicado entre una vivienda y la cerca de alfajol que separa la vereda 20 de la casa comunal. Un hermano del fallecido, estaba de espaldas desconsolado, llorando sin cesar y preguntándose una y otra vez el porqué lo habían asesinado. “¿Por qué si yo lo quería mucho? Déjenme aquí con él”, gritaba el joven quien era abrazado por otros familiares que estaban pendientes que no se desvaneciera producto del dolor.
Entre las personas que rodeaban el cuerpo de Yeifren Peña, hubo quienes aseguraron que él no era de allí. Dayana de Peña, su madrastra con la que vivió seis años en el sector Antonio Ricaurte, de Brisas del Turbio I, trataba de tomar aire sentada en una silla al final de la vereda.
Con voz entrecortada, decía que Yeifren se había ido hace seis años a vivir con su madre en la comunidad Tierra Prometida, al oeste del municipio Iribarren y que desde ese entonces eran esporádicas las veces que compartían.
Dayana refería que él vendía artesanías, lámparas, peluches y afiches no sólo en Barquisimeto sino en otros estados para ganarse el sustento. Desde hace un año, afirmaba, estaba asistiendo a una iglesia cristiana evangélica en Tierra Prometida. Sin especificar el motivo, expresaba que “se había apartado hace cinco años de la iglesia”. Funcionarios de la Policía de Lara custodiaban la escena del crimen.