Anaís Mendoza | LA PRENSA.- Jugaba fútbol y lo mataron. José Manuel Rivero de 19 años fue asesinado ayer a las 4 de la tarde, mientras jugaba fútbol con unos panas dentro de una cancha en el sector Los Olivos, del barrio El Tostao.
Yasmin, la madre de José Manuel, relató que su hijo tenía la costumbre de jugar en esa cancha todos los días con los panas. Salía del sector 19 de abril donde vivía con ella y caminaba cinco cuadras hasta la cancha.
“Él entraba y salía de la casa y yo le dije que se quedara conmigo, pero se vino a jugar”, relató en medio del llanto la mujer. José Manuel llegó a la cancha a las 4:00 de la tarde y comenzó a jugar.
Cuando había pasado media hora, relatan algunos curiosos, pasaron dos hombres a bordo de una moto de color gris.Explican que el parrillero se bajó, entró a la cancha y llegó hasta donde estaba José Manuel.
“Me diste la panza, y así te quería encontrar”, le dijo el pistolero. Luego de estas palabras, sacó un arma de fuego y le disparó en la cara cerca de la mejilla derecha. Luego los matones huyeron.
José Manuel quedó tendido cerca de la arquería. Vestía unos shorts amarillos y franela azul. Calzaba uno zapatos deportivos de pares diferentes. Al lugar fueron llegando los hermanos del chamo. “Hermanito mira como te mataron, no puede ser”, decía en voz alta un hermano.
La madre indicó que José Manuel tenía malas compañías y todos los días lo aconsejaba para que dejara de ver a esos amigos.
José Manuel era el segundo de diez hermanos. La mamá relató que con mucho sacrificio los sacó adelante, pues el papá se fue a vivir a otra ciudad y la dejó solo con sus muchachos.
José Manuel estudió hasta el sexto de grado, no tenía hijos. Una hermana relató que José era un chamo alegre y saludaba a todo el mundo.“Sonrisita le decíamos, era muy alegre”, concluyó la muchacha.