Euseglimar González | LA PRENSA.- ¡Ay, qué dolor! Nunca perdí las esperanzas de que mi hijo llegara a la casa, decía Egli Guadaño llorando desconsoladamente y con un pañuelo de color azul se apretaba fuerte la cara mientras lloraba.
La mujer era la madre de un menor de 17 años quien fue hallado muerto ayer en la mañana por una vecina en la quebrada El Mayal, ubicada en la Ribereña entre 26 y 27.
El cadáver estaba tirado bocabajo, sobre la cabeza tenía una piedra grande, vestía un pantalón jean y una camisa de color morado. El brazo derecho lo tenía metido entre la cabeza y la piedra, mientras que el brazo izquierdo fue devorado aparentemente por los animales.
“Guadaño”, como era conocido el menor por sus vecinos estaba desaparecido desde el lunes 5 de diciembre. Egli contó que ese día su hijo salió de su casa, en La Cuesta Lima a las 6:00 de la tarde porque despediría a su novia en el Terminal de Pasajeros que se iba para Colombia.
Las horas pasaron, el adolescente no llegó al terminal y tampoco a su casa. Desde ese día, la mamá se preocupó, aunque comentó a La Prensa que “Guadaño” a veces se iba para el campo a casas de unos familiares y también se quedaba en casa de su novia, pero esta última opción no estaba entre sus posibilidades, porque sabía que su nuera se había ido de viaje.
“Aquí huele mal, como a un animal muerto”, fue lo primero que dijo María Ramos, quien vive a dos casas de la quebrada. Relató que estaba por el sitio buscando leña, pues en su casa se quedaron sin gas y como iba a salir con sus hijas prepararía el almuerzo. Contó que cuando se iba acercando a la quebrada sintió más fuerte el mal olor.
“Cuando veo hacia el fondo me percato del cuerpo de un hombre tirado y rodeado de muchas moscas, lo primero que hice fue gritar y después salí corriendo”, comentó Ramos.
María contó a sus hijas y a otros vecinos del sector para que fueran a ver el cuerpo y reconocer de quién se trataba. Para algunas personas se les hizo difícil reconocerlo porque estaba descompuesto e irreconocible.
Un vecino de la comunidad se enteró y fue hasta la casa de Egli para contarle sobre el hecho y la mujer de una vez se fue hasta la quebrada porque sabía que su hijo estaba desaparecido varios días atrás.
Vecinos contaron que cuando la mujer llegó de una vez lo reconoció por la ropa que vestía y un collar, tipo rosario, de color naranja.
“A ese chamo tuvieron que matarlo a golpes o a pedradas. Por aquí no se escucharon tiros estos días”, comentó una mujer, quien dijo conocer desde pequeño a “Guadaño”.
El adolescente, según, frecuentaba la comunidad El Mayal, lugar en donde fue encontrado sin vida.
La búsqueda de la madre desconsolada terminó, luego de cinco días encontró a su hijo, pero muerto. La mujer comentó que el menor vivía junto a ella y su esposo, trabajaba algunas veces la albañilería junto a su padre.
Los funcionarios de la Policía de Lara y PNB llegaron a la quebrada para resguardar el sitio, mientras que llegaba el Cicpc para levantar el cadáver.