Jennifer Orozco | LA PRENSA.- Sólo se escuchaban quejidos. Un travesti terminó con el rostro desfigurado y metido en un tumba del Cementerio de Bella Vista, en la calle 42.
Según un trabajador del camposanto, a las 5:00 de la mañana que llegan los de mantenimiento, se escuchaba el sonido de un búho.
Intrigados, unos cinco hombres se desplegaron en la entrada del cementerio buscando el ave. Miraban hacia arriba, pero no veían nada. Hasta que el trabajador vio que de una tumba salía el sonido.
Aterrados, pues aún estaba oscuro y pensaban que era un ánima, se asomaron a la tumba abierta. Ahí estaba alguien, más parecido a una mujer que a un hombre con el rostro ensangrentado.
Los trabajadores vieron sangre en el piso y supieron que algo malo había pasado.De una vez llamaron al Servicio de Emergencias 911.
A los pocos minutos llegó el camión de rescate de Protección Civil. El travesti, aún sin identificar, se quejaba del dolor, pero estaba inconsciente. No podía responder nada y no abría los ojos.
Toda la cara la tenía herida. Estaba dentro de la tumba abierta a una profundidad de dos metros, aproximadamente. Se presume que lo lanzaron allí sobre una placa de cemento, aunque la cabeza le quedó guindando en un hueco.
Tenía dificultad para respirar. Los paramédicos de Protección Civil le pusieron un collarín, un corse de seguridad y lo ataron a la camilla para poder sacarlo.
Al ver en el sitio, la sangre llevaba a los policías municipales hasta una pequeña capilla blanca. En medio estaba un charco de sangre ya seca.
Una raya roja conducía hasta la tumba donde fue lanzado el travesti. Un tubo casi oxidado lleno de sangre estaba a un lado de la tumba. Se presume que fue el arma con el que lo golpearon.
El travesti estaba vestido con zapatos blancos de goma, pantalón jean rasgado en las rodillas y bien pegado a sus piernas, y una franela color naranja.
No tenía cartera ni otras pertenencias. Los funcionarios policiales presumen que además de golpearlo le robaron lo que cargaba encima.
El hombre fue trasladado por Protección Civil hasta la Emergencia del Hospital Central donde fue ingresado inconsciente, quejándose y fue intubado, pues al parecer los golpes le causaban dificultad para respirar.
Los funcionarios de Protección Civil no vieron otra seña para que lo identificaran, sólo que mide aproximadamente un metro 60 centímetros, es delgado, piel morena y cabello negro.
Trabajadores del cementerio dicen que no lo habían visto, pero que desde hace algunos años el camposanto sirve para que los travestis y prostitutas entren a hacer sus trabajos sexuales.
Contaron que de noche, como nadie resguarda el cementerio, no sólo entran los ladrones y profanadores de tumbas. Dicen que allí hasta duermen personas y entran adolescentes a “tener relaciones” y en la madrugada abandonan el cementerio.
Contaron que no es el primer travesti que ven herido y aunque no es muy común que sea a tubazos, siempre salen gritando en la madrugada.
“El que le dio a este lo odiaba o quería cobrarle algo muy grave”, dijo uno de los trabajadores que nunca habían apreciado esa brutalidad.
También denuncian que el camposanto debería tener más vigilancia y no deberían permitir que travestis o prostitutas ingresen a “violar la paz de las almas que allí reposan”.
Policías municipales se mantendrán vigilantes para saber quiénes entran allí en horas de la noche. El caso fue pasado al Cicpc para que hagan investigaciones sobre las lesiones.