Jennifer Orozco | LA PRENSA.- Wilfred Meléndez Valecillos, con 30 años, entró en 1985 a trabajar a la Constructora Varela –Hermanos en Punto Fijo, estado Falcón. Ambicioso y con ansias de poder, hacía de todo un poco y muy despacio se ganó la confianza de su jefe Francisco Varela Pichel,, mientras le picaba el ojo a su joven esposa Nora Candelaria Sangronis de 37 años.
La hija mayor de la pareja, Nora Ysomari Varela Sangronis tenía 15 años y era muy pilas, así que pilló a su mamá en un romance con Wilfred. Los perseguía hasta hoteles. Los veía entrar a la casa solos, hasta que un día se cansó y se lo contó a su papá.
El miércoles 3 de diciembre de 1986, fue internado Francisco en una clínica de Punto Fijo tras sufrir un fuerte accidente cerebro vascular, luego de una rabieta que agarró al saber que su esposa le ponía los cachos con Wilfred, su obrero. Francisco, de 65 años, murió el 29 de diciembre.
El sábado 11 de abril de 1987, tan solo cuatro meses después de la muerte de Francisco, los enamorados Wilfred y la viuda millonaria Nora, se casaron por el civil en Maracaibo, estado Zulia. Lo hicieron a escondidas, pues ninguno de los hijos Valera Sangronis estaba de acuerdo.
Contra viento y marea la pareja disfrutaba de su felicidad y el 8 de agosto de 1988, Wilfred, a través de su hermano y testaferro Leonidas Alfonzo Meléndez Valecillos, compró la quinta El Remanso en Santa Elena y toda la familia Varela Sangronis se mudó a Barquisimeto por conveniencia de Wilfred. La plata para la compra de la vivienda salió a costillas de la fortuna dejada por Francisco y costó 2 millones 200 mil bolívares, demasiado dinero para esa época.
Nora, ese mismo año, estafó al fisco declarando que su fortuna solo ascendía a los Bs. 2 millones, cuando su esposo le había dejado 50 “palos” en liquidez más propiedades en Punto Fijo.
El 23 de abril de 1988 Nora Ysomari , ya de 17 años, se casó con su novio Kevin Bonalde de 20 años, para que él la pudiese representar y poder pelearle a la madre 10 millones de bolívares de la herencia que dejó su papá. La chama se casó escondida en Maracay, pues su padrastro no quería ese matrimonio y se atrevió a contratar a unos “petejotas” para meter preso a Kevin por casarse con una menor, pero igual el casorio se dio.
Un mes después, Nora Ysomari, introdujo la demanda con ayuda de los abogados Víctor Bolívar y William Pierre. Con el expediente numero 4086 el cual declaraba que los únicos herederos de Francisco Varela eran ella y sus cuatro hermanos. Además Nora Ysomari denunció a su mamá por estafar al fisco junto a su actual esposo.
Wilfred, muy astuto, al ver los movimientos rápidos y legales de su hijastra mayor, comenzó a abrir empresas con ayuda de su testaferro Leonidas. El tipo gastaba plata en casinos, mujeres y placeres, sumando los extraños y ya seguidos viajes a Maracaibo, pero sin su esposa.
Nora le montó cacería a Wilfred y descubrió que el tipo era bígamo y estaba casado con Yolanda Chiquinquira López Díaz con la que tenía dos hijos.
Nora enfureció. Con mucha ira, la mujer le pidió el divorcio a Wilfred y de paso amenazó con denunciarlo por bígamo y dejarlo sin un bolívar. Este fue el punto de quiebre para Wilfred, quien no quería soltar los reales de su viuda millonaria.
Wilfred buscó a su mecánico de confianza, Jesús Noguera Calatayud; un tipo astuto quien le dijo a Wilfred que si quería muerta a su familia él tenía los asesinos indicados. Fríamente los hombres se comunicaron con William de Jesús Rodríguez alias “Guajiro”, Juan Oneil Gutiérrez, el sicario Marcos Sánchez, y Edgar José Díaz,
Entre todos acordaron que fingirían un accidente de tránsito luego de un secuestro y quedaba fijado para el 8 de junio de 1990 a las 10:00 de la noche. Pero ese día, una de las hermanas de Nora Ysomari se fue de paseo con su novio, los matones cambiaron los planes para el martes 12 de junio.
Ese día, a las 3:00 de la mañana, simularon un secuestro. El mecánico más los cuatro malandros entraron la quinta El Remanso. La primera en salir fue Nora Candelaria quien con sus gritos despertó a sus hijos. Los tipos los amarraron de los pies a todos y los obligaron a subirse a una Wagoneer de Nora Candelaria. Dentro de esa camioneta iban los hermanos, además de otro familiar y el mecánico. Wilfred a todas estas parecía evadir a los malandros, quienes fingieron que se lo llevaban, pero en otro vehículo. Detrás de la Wagoneer, rodaba una camioneta Ford Lariat con el resto de los criminales
En la carretera Nirgua –Chivacoa, Noguera le dijo a Nora Candelaria – “párate aquí que este es el sitio”-. Aun oscuro, Sánchez sacó a Nora Candelaria de la camioneta halándola de sus rubios cabellos; hizo que se arrodillara y le disparó en la cabeza a sangre fría y a la vista de sus hijos.
Luego, los chamos fueron dormidos con un trapo impregnado con éter. Una vez caídos, los hampones colocaron la camioneta al borde del barranco. Uno de los tipos le puso una madera al acelerador y los demás le rociaron gasolina. Prendieron en candela la camioneta y la lanzaron al barranco. Pero los asesinos no se habían percatado que solo iban 4 cuerpos dentro del vehículo.
En la camioneta quedaron calcinadas Nora Candelaria y dos de sus hijos y la familiar. Cuando los funcionarios de la GNB llegaron al sitio vieron que a 50 metros de la Wagoneer y aun amarrado estaba José Manuel, de 11 años. El niño tenía quemaduras en el 70 por ciento de su cuerpo pero estaba vivo. Un poco más allá estaba Paquita María quien logró salirse de la camioneta y tenia fracturada una pierna y la quijada.
De una vez Paquita le dijo a los guardias que le avisaran al novio, pero no al padrastro.
El novio de Paquita llamó a Wilfred y le preguntó por la familia a lo que este respondió –“Nora Candelaria sacó un viaje repentino a Valencia de madrugada”-. El novio le preguntó: “Wilfred -¿y sabias que tuvieron un accidente y Paquita está viva?”- misteriosamente y en tono nervioso el padrastro gritó –“¿qué?, ¿está viva?”- e insistió en cortar la llamada, pero el novio pidió ir al sitio y Wilfred dijo que mejor iría a Valencia a esperar los cuerpos.
Wilfred le reclamó a Noguera por dejar sobrevivientes – “debes deshacerte de Paquita, que estaba mejor que su hermano y ese que se muera”- le dijo el hombre al mecánico. Mientras tanto, el padrastro preocupado llamó a PTJ a denunciar el secuestro de su familia y dijo que los hampones pedían 3 millones de bolívares.
Para la policía técnica judicial, el cuento de Wilfred no cuadraba. Después de interrogar a los sobrevivientes, incluyendo a Nora Ysomari que no estaba en la casa ese día, los sabuesos comenzaron a sospechar de Wilfred, quien en confesión el 14 de junio, una vez detenido, dijo que le había dado a los malandros 600 mil bolívares para cometer el crimen
Noguera fue detenido ese mismo día en la Policlínica Barquisimeto, cuando pretendía entrar a la habitación de Paquita para matarla. PTJ y DISIP (ahora Sebin) lo esperaban en el centro de salud. Un poco más tarde Marco Sánchez de Puerto Cabello, fue detenido en Valencia y delató al resto de los delincuentes.
A Wilfred le fue descubierto que un taller de su propiedad en Punto Fijo que troquelaba carros robados para venderlos en Curazao y que estaba implicado en bandas de robacarros en Carabobo, Lara, Falcón y Yaracuy además de ser narcotraficante entre Colombia y Venezuela.
El 22 de junio los imputados fueron llevados a tribunales larenses y la gente quería lincharlos, pero fueron resguardados por funcionarios de la Guardia Nacional. Ese mismo día fueron penados a pagar 25 años de cárcel cada uno por homicidio intencional calificado.