Anaís Mendoza | La Prensa.- En su pecho tenía un tatuaje que decía “Yo contra el mundo” que le iba de hombro a hombro. Eso era lo que más se veía de José Gregorio Álvarez (19) quien fue hallado tiroteado entre dos paredes de un cerro de Bobare. Tenía tres disparos en su hombro y brazo derecho.
El chamo fue asesinado en una terreno baldío que se conoce como Cerro Blanco, sector El Suspiral de Bobare, de la parroquia Águedo Felipe Alvarado de Iribarren.
El cuerpo estaba semidesnudo, vestía unos pantalones blue jeans desabotonados, debajo un short verde, zapatos grises con rayas naranjas y una camisa negra estaba arriba de donde comienza el cerro.
Además del tatuaje que tenía en el pecho, se le pudo observar otro en su brazo izquierdo dedicado a su madre “Yasmira”.
Según la versión de la mamá, no supo cómo lo mataron, pero expresó que José salió a eso de la una de la mañana del sábado de su residencia en el sector Guadalupe y luego le avisaron muy temprano, a las 7:00 de la mañana, que su hijo estaba muerto.
“Él nunca me decía para dónde iba. Esta mañana me dijeron los vecinos que él estaba aquí, muerto; yo no lo creía”, dijo llorando la madre del chamo mientras veía el cadáver tirado en el piso.
Según los comentarios de las personas presentes en el sitio, el chamo fue asesinado en ese lugar pues la zona es de difícil acceso, hay mucha vegetación seca y queda lejos de donde él vivía.
Una fuente policial reveló que José pertenecía a la banda ‘Los Caroticas‘, que se dedica al robo de motos y vehículos de ese sector en Bobare y presumen que su asesinato sería producto de una venganza por deudas pendientes con malandros de la banda los “Mechupas” que opera en Pavia y parte de Bobare.
La madre dijo que tenía cuatro hermanos y dos hermanas.Al igual que ella se dedicaba a la agricultura en Bobare. Reconoció que su hijo estaba terminando su proceso de presentación debido a que hace tiempo fue detenido por la policía.
Detalló que andaba con un cuñado que portaba un arma de fuego, lo que generó que se presentara ante el Ministerio Público.
Bastantes chamos llegaban al sitio donde estaba el cadáver de la víctima. Muchos iban en moto, pues para llegar a ese lugar de difícil acceso es mejor pasar en moto y certificar que se trataba de José, pero nadie opinaba nada, todos estaban en silencio.
Al mediodía llegaron los funcionarios del Cicpc, para realizar las experticias, levantaron el cuerpo y lo trasladaron a la morgue del hospital central.
La madre declaraba a los funcionarios que desconocía si su hijo andaba en malas pasos.
“Yo no sé si él andaba en cosas raras, porque él casi no me decía para dónde iba”, expresó la señora muy sorprendida por el hecho.