Euseglimar González | LA PRENSA.- Alexis Antonio Graterol Reinoso, de 28 años, encontrado muerto por sus familiares en el sector La Lechosa por la carretera vieja hacia Carora, según versiones de los vecinos fue amenazado días antes por unos tipos en San Jacinto.
Tras el hallazgo del cuerpo en estado de descomposición de Alexis o “Loro” como le decían sus familiares, los vecinos de la parte alta de San Jacinto comenzaron a dar versiones. Un familiar contó que, supuestamente, unos tipos habían llegado a la casa de Alexis y lo amenazaron, aunque no indicaron qué le dijeron.
Otra de las versiones es que el joven fue testigo de una persecución de unos hampones con una patrulla de la Policía. Además, también comentaron que él estaba siendo señalado por robar en una unidad de transporte público un celular a un funcionario policial.
Al parecer, a la víctima lo amenazaron dos días antes de desaparecer. Los familiares indicaron que Alexis había desaparecido el viernes en la tarde y no regresó y el jueves al mediodía encontraron su cuerpo putrefacto debajo de un puente en La Lechosa.
Los familiares reconocieron el cuerpo, aún cuando la cara y parte del cuello lo tenía quemado por el estado de descomposición. Aseguraron que era él por el color de correa que cargaba y por la franela.
“El hermanito dice que se trata de él porque mi sobrinito vio cuando Alexis se puso la correa y debajo de una franelilla morada se puso la franela de color gris con rayas rojas”, sostuvo un familiar a La Prensa.
Los familiares comentaron que se trataba de él por la vestimenta que cargaba. Además que los zapatos que llevaba puestos se lo había regalado un vecino.
Al parecer, Alexis era cuñado de Ronald Alexander Sequera, recluso asesinado de varias puñaladas en la comisaría Juan de Villegas I, el primero de febrero. La hermana de Alexis era pareja de Ronald.
No hacen necropsia
Se pudo conocer que ayer no le practicaron la necropsia al cuerpo de Alexis para verificar cuáles fueron las causas de su muerte. La mamá del joven salió muy tarde de la entrevista con los funcionarios adscritos al Eje de Homicidios del Cicpc y cuando llamaron al patólogo de la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda ya se había ido.