Euseglimar González | LA PRENSA DE LARA.- Como Cristian Sánchez Coi, de 53 años, fue identificado el hombre que murió tras recibir un golpe en la cabeza la noche del domingo en los alrededores del Terminal de Pasajeros de Barquisimeto. Tras dos días de su muerte, ayer en la mañana unos amigos lo reconocieron en la morgue.
El domingo pasadas las 8:00 de la noche, Cristian fue hallado casi agonizando por personas que hacen vida en los alrededores del terminal. Presentaba una herida en la cabeza y las personas notificaron a los funcionarios sobre lo ocurrido y fueron ellos quienes llamaron a Protección Civil.
Un allegado de Cristian contó que el domingo estuvo ingiriendo bebidas alcohólicas con varias personas, pero pasadas unas horas comenzó a discutir con otro hombre, quien también estaba bajo los efectos del alcohol y se formó una pelea, que terminó cuando el hombre cayó sobre el pavimento malherido.
«A mí me dijeron que a Cristian lo habían herido y que me fuera para el Hospital, pero yo no tenía cómo trasladarme», comentó un amigo de Cristian.
Se pudo conocer que esa noche, cuando los funcionarios de Protección Civil llegaron al sitio el hombre aún tenía signos vitales, pero estaba muy mal, de inmediato lo montaron en la ambulancia y lo trasladaron hasta el Hospital Central Antonio María Pineda, pero fue ingresado muerto.
Cristian trabajaba como vendedor ambulante en el Terminal de Pasajeros de la ciudad y presumen que el domingo, luego de terminar de laborar se puso a tomar.
Los amigos detallaron que Cristian era de Coro, pero tenía a su esposa en Cabudare, municipio Palavecino. Mientras que su mamá y otros familiares están en el exterior.
Funcionarios del Eje de Homicidios del Cicpc investigan el crimen.
Estuvo preso
Allegados de Cristian contaron que hace tres meses estuvo preso en el Cicpc de Carora, municipio Torres, pues lo estaban involucrando en un hecho punible, pero tras las investigaciones lograron determinar que no tenía nada que ver y lo liberaron.
Al hombre le entregaron su boleta de excarcelación y era lo que siempre cargaba para demostrar que no era un delincuente.