Euseglimar González | LA PRENSA de Lara.- Darío José Colmenares, de 50 años, murió tras recibir una puñalada en el pecho la madrugada de ayer en el sector Ciudad Bendita, de El Garabatal, en el oeste de la ciudad. El hombre se encontraba cerca de una fiesta a la cual había asistido.
Se pudo conocer que Darío salió de la fiesta a eso de las 12:30 de la madrugada e iba caminando por la avenida principal del sector. Vecinos contaron que minutos después escucharon los gritos de personas que decían que habían herido a un hombre y cuando salieron vieron a Darío tendido sobre el pavimento, bañado en sangre y agonizando.
Presumen que los criminales huyeron y se metieron por las oscuras y desoladas calles del sector. Aparentemente, la víctima tuvo una discusión con uno de las personas que se encontraba en la fiesta, donde él compartía y serían ellos quienes lo asesinaron, aunque fuentes policiales contaron que el móvil del homicidio se encuentra bajo investigaciones por parte del Cicpc.
Allegados al hombre contaron que quizá él iba a casa de su hija, que vive en El Garabatal, cuando fue atacado por los matones. Aunque desconocen que él haya estado en una fiesta y haya sido allí que lo hirieron.
«A tu tío Darío lo mataron anoche de una puñalada», fue el mensaje que recibió una de las sobrinas de la víctima y debido a eso decidió trasladarse hasta la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda, para reconocer el cuerpo, pues no creía lo que en el texto le decían.
Durante la mañana ayer, la sobrina junto a una hermana de la víctima llegaron al área patológica para preguntar sobre el ingreso de un cadáver que había sido apuñalado y tenía las mismas características de Darío. Luego de pasar a la morgue confirmaron lo que temían.
«Él era una persona tranquila. Quizás lo iban a robar y por eso lo hirieron hasta matarlo», comentó una vecina de la zona, quien no quiso identificarse por temor a represalias.
La sobrina de Darío aseguró que no sabían qué pudo haber pasado, porque apenas se estaban enterando sobre su muerte. La joven contó que el hombre trabajaba como aseador en un comercio asiático, ubicado al oeste de Barquisimeto.