Anaís Mendoza | LA PRENSA.- Hasta 28 años de prisión, pena máxima en las leyes venezolanas, podrían pagar los asesinos y cómplices del crimen de Mirlybeth Anaís Reverol Tovar de 20 años. Según el abogado Simón Ernesto Arenas Gómez, esta es la pena que los criminales pueden pagar por la forma en que cometieron el asesinato.
Arenas, especialista en el tema de violencia de género, destacó como un femicidio agravado la muerte de la joven, según está establecido en el artículo 58 de la La Ley Orgánica sobre el derecho de las mujeres.El asesinato de la joven de 20 años ocurrió la noche del pasado 30 de diciembre dentro de su rancho, en el sector Renacer Crepuscular, al oeste de la ciudad.
Ese día cuatro delincuentes se metieron en su vivienda y la violaron junto a su hermana de 14 años. Luego a Mirlybeth le picaron con un machete, la decapitaron y ocultaron su cabeza la cual aún no ha sido hallada por las autoridades policiales.
“Este crimen puede calificarse desde el punto legal, como un femicidio agravado por la forma que actuaron los asesinos. No sólo planificaron el crimen, sino que la mataron por el hecho ser mujer, más allá de que ella estuviera metida en problemas, que lo desconocemos, nadie merece esa muerte” , destacó Arenas a través de una llamada telefónica.
Indicó además, que serán las pruebas de la policía científica que determinarán cuáles de los hampones mataron a la muchacha y cuáles estuvieron como cómplices. De ahí se determinarán los años de condena de cada uno.
El especialista detalló que los asesinatos parecidos al de Mirlybeh, en donde el ensañamiento, el odio, y la forma cruel en que la mataron, dejan un mensaje a las personas y a la familia, el cual puede descifrarse con una palabra: miedo.
“La mayoría de los criminales en este país asesinan a las personas de uno o varios tiros, pero a un hombre, no lo matan como a esta muchacha. Los asesinos estaban conscientes de lo que hacían y no tuvieron compasión”, dijo el especialista en asuntos legales.
Estos crímenes en el país se deben a la descomposición social que reina en Venezuela, acotó el abogado. Sin embargo, los asesinos sabían lo que iban a hacerle a Mirlybeth. Por esa razón plantea que ellos pudieron haber estado bajo efectos de algunas sustancia psicotrópica.
“El hecho de cortarle la cabeza a la víctima y desaparecerla es llegar al nivel máximo de depravación, es actuar como sicópatas, además es demostrar a la sociedad y a la familia dónde pueden llegar ellos como criminales”, finalizó Arenas. El Cicpc sigue las averiguaciones de este crimen.