Euseglimar González | LA PRENSA.- Lucha contra la muerte para contar lo que pasó. Jeferson Joseín Castillo Escobar (24), sargento segundo de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) destacado en Caracas, se encuentra recluido en el Hospital Central Antonio María Pineda, luego de una paliza que recibió por una turba de gente en la avenida San Vicente con calle 57.
El militar supuestamente robó a una señora y por eso los vecinos de la zona salieron en defensa y comenzaron a golpearlo, pero el caso es muy extraño para sus padres.
Los golpes que recibió el funcionario lo dejaron entre la vida y la muerte. Presenta un coágulo de sangre en el cerebro y no reconoce a nadie. Poco habla y está delicado de salud en el hospital.
Efraín Castillo, padre del militar, cuenta que el miércoles estaba junto a su esposa en la iglesia cristiana y en medio de la oración recibieron una llamada de un vecino en donde le decían que Joseín estaba herido y que lo habían dejado tirado en una acera.
“El vecino iba pasando por la avenida San Vicente y se bajó del carro porque lo reconoció. Era mi hijo y le pidieron a una ambulancia que lo auxiliara. El conductor lo trasladó hasta el Seguro de la 50”, dijo el papá.
El militar iba muy grave, los padres aseguran que estaba agonizando. Cuando fue llevado al Seguro de la 50 los médicos lo refirieron al Hospital Central de Barquisimeto y fue llevado a las 6:30 de la tarde. Al muchacho lo dejaron en una camilla.
Cuentan los padres que no saben qué pudo haber pasado y porqué lo golpearon. La madre recuerda que su hijo la llamó el miércoles en la tarde para decirle que iba a comprar unos repuestos de carro e iba en su moto.
“La moto de él no apareció. Hay muchas interrogantes, de verdad queremos saber qué pasó. Pero sólo él y el Señor saben qué ocurrió. Él no nos reconoce”, dice con un hilo de voz, mientras sostiene en su mano una orden médica para realizarle un examen.
Atención tardía
Recuerda el padre de Jeferson que cuando llegó a la Emergencia lo vio tirado en una camilla, estaba todo golpeado. De inmediato comenzó a orarle, se aferró a él y le hablaba.
En ese momento le llegó una enfermera y le preguntó que si él era familiar del muchacho y le respondió que sí.
“Ese es un choro”, supuestamente le dijo la enfermera. El padre sólo le contestó “solo sé que mi hijo es un militar”. El papá contó que luego de que él dijo que Jeferson era un funcionario comenzaron a atenderlo como era debido.