Jennifer Orozco | LA PRENSA de Lara.- «No lo quiero muerto, lo quiero vivo. Quiero que me devuelvan con vida a mi niño Tito», eran las desgarradoras palabras de la madre de Ikai Jesús Ledezma Arias (23), funcionario de la Policía del estado Lara que falleció tras aguantar casi 5 horas luego de un accidente de tránsito en la avenida Florencio Jiménez, la tarde del sábado.
Ledezma estaba de guardia y fue hasta su casa en Villa Crepuscular, al oeste de Barquisimeto, a buscar comida casi a las 3:00 de la tarde. Andaba en moto junto a su compañero de guardia, otro oficial de Polilara. Al salir de la zona, iban por la avenida Florencio Jiménez, cuando el policía fue sorprendido por una jovencita que intentaba cruzar la vía.
Según testigos del hecho, la adolescente salió corriendo y Ledezma le golpeó en una pierna, pero ese golpe originó que perdiera el control de su moto, chocando primero contra los separadores de la vía del Transbarca, para luego salir expelido, golpeándose en el lado izquierdo de la cabeza contra la parada de los buses rojos.
Ledezma, cuentan sus compañeros, tomó fuerzas y pudo moverse a un lado de la vía. Su compañero, quien estaba ileso, lo auxilió inmediatamente y de allí lo llevaron al Hospital del Seguro Social Pastor Oropeza. Ledezma movía manos y piernas y aún hablaba, por lo que fue remitido al Hospital Central para una cirugía de cráneo. Al Hcamp fue ingresado a las 5:00 de la tarde y de allí llevado a la clínica Canabal para realizarle exámenes como tomografía y de laboratorio.
Ledezma aun movía sus manos y estaba resistiendo, pero se formó en su cerebro un coágulo de sangre. Tras ser ingresado a pabellón para la cirugía, falleció por complicaciones. La madre del joven, tras recibir la noticia se derrumbó.
Ledezma tenía un año de graduado, siendo curso 9 de la Escupol. Este joven salió de la escuela de policías con honores, siendo el primero de la promoción, por calificación y comportamiento. Allí conoció a su pareja, otra oficial, quien actualmente está embarazada.
El funcionario estaba destacado en la División de Orden Público, donde tenía aproximadamente nueve meses. Sus compañeros lo describieron como un excelente funcionario, dedicado, disciplinado, puntual y muy respetuoso. Su padre también es funcionario policial, así como muchos miembros de su familia. Su interés era que, al pasar la cuarentena, pudiese seguir sus estudios universitarios.
Sus compañeros de armas y familiares le dieron el ultimo adiós ayer, donde fue despedido con honores.
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