Jennifer Orozco | LA PRENSA DE LARA.- «El recibió el tiro de escopeta de unos choros que le pedían el teléfono para robarlo, pero como él no cargaba le dispararon casi a quemarropa», estas fueron las palabras de los familiares de Reinaldo Javier Perez Arriechi (18), quien falleció el sábado en la tarde, luego de estar dos días internado en el Hospital del Seguro Social, Pastor Oropeza.
La familia asegura que Pérez había salido con un amigo y cuando llegaba a su casa en el barrio El Tostao, cerca del liceo Fe y Alegría, le llegaron dos tipos a pie con una escopeta diciéndole que entregara el teléfono, pero como el no lo cargaba y quiso huir, el hombre armado le disparó en el muslo derecho muy de cerca.
Estando tirado allí sus familiares pudieron auxiliarlo hasta el Seguro Pastor Oropeza, por la poca gasolina que tenían casi no llegan, eso fue el jueves a las 8:30 de la noche. Cuando Pérez ingresó, no había médico de guardia, según la familia y fue intervenido el viernes a las 12:30 del mediodía. Allí los doctores aseguraron a sus padres que ya la prioridad no era salvarle la pierna si no la vida, pues el muchacho había perdido mucha sangre.
El sábado a las 3:15 de la tarde falleció el jovencito y sus familiares aseguran que la falta de atención inmediata en el centro de salud pudo haber influido en su muerte, pues el muchacho se descompensó.
De los pistoleros solo se supo que eran dos jóvenes delgados, armados con una escopeta y cuando detonaron el arma en contra de Pérez, uno corrió hacia un lado y el otro en sentido contrario, desapareciendo.