Luis Felipe Colmenárez | LA PRENSA de Lara.- «Solo Dios tiene derecho a quitarle la vida a alguien» dice con tristeza Zulay Mendoza, tía de Luis Miguel Mendoza, quien resultó abatido por las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) el pasado lunes.
Zulay en compañía de la madre del hombre, Adda Castillo, se acercaron a LA PRENSA para desmentir que el ajusticiado fuese miembro de una banda que se dedicaba al robo, extorsión y desvalijamiento de vivienda.
Sostienen que la comisión arribó a su vivienda cerca de las seis de la mañana, despertando a todos y ubicándolos en uno de los dos cuartos de casa, a excepción de Luis Miguel, a quien dejaron en su habitación mientras lo interrogaban.
Denuncian que fue en ese momento cuando le tomaron la foto donde se le ve portando un arma de fuego y luego se lo llevaron.
«Lo arrancaron de los brazos de sus padres y de su entorno familiar» comenta la tía, quien añade que el cuerpo mostraba signos de haber permanecido atado por mucho tiempo, razón por la cual la teoría de enfrentamiento no aplica.
Asimismo, comentan que los uniformados se llevaron los celulares de todas las personas que vivían junto a él.
Según explican, luego de haber pagado una condena por robo agravado y haber quedado en libertad plena en el mes de enero, Luis Miguel se dedicaba a la venta de verduras y tenía planeado emigrar a Colombia. Piden que haya justicia pues alegan que hechos como este no deben seguir ocurriendo.