Anaís Mendoza | LA PRENSA.- Desde que ocurrió el crimen de la dirigente del PSUV, Candy Carol Pérez Fréitez (33) y el de su esposo Yonathan José Cortez Deoy (28) dentro de su vivienda, en el caserío Guadalupe, en Jiménez los vecinos y familiares aseguraron que se sienten desprotegidos, pues a la mujer la consideraban una líder que tenía “guáramos” para ayudar a la comunidad.
Según comentaron, ella era como una protectora, pues no daba su brazo a torcer cuando se trataba de conseguir ayuda para los habitantes del caserío Guadalupe.
“Era como una protectora para nosotros, movía cielo y tierra para que aquí llegaran las bolsas de comida del CLAP, estuvo pendiente de conseguir las medicinas para los enfermos, era muy atenta y noble, ahora estamos desprotegidos”, comentó un vecino de Guadalupe.
A su vez, destacaron que Candy tenía grandes planes para Guadalupe, pero se truncaron con su inesperada muerte.
Terror
En unas gráficas exclusivas que llegaron a La Prensa se puede detallar cómo los delincuentes dejaron la casa.
Alrededor de unas seis horas permanecieron los criminales dentro de la vivienda. En una de las fotos se observa cómo en la habitación donde asesinaron a Candy había rastros de sangre en la pared. Se ensañaron con ella, pues la apuñalaron en varias partes del cuerpo y luego le dispararon con una escopeta en la cabeza, y cerca del costado derecho.
A Yonathan lo llevaron a otra habitación y le propinaron una descarga de escopeta en la cabeza.