Euseglimar González | LA PRENSA.- “Él no estaba armado. Mi sobrino no era un homicida como hicieron creer”, explicaba Rubén Rodríguez, tío de Flaiver Anthony Gutiérrez Rodríguez, de 22 años.
Los tíos del joven decían que el jueves en la mañana una comisión del Cicpc llegó hasta la calle 3 entre carreras 9 y 10 de La Playa de Santa Isabel y buscaban a Flaiver.
“Los petejotas lo agarraron y en ese momento le decían a las demás personas que se salieran de la casa porque él estaba armado”, contó el tío.
Detallan que en la vivienda en donde fue el supuesto enfrentamiento viven más de 10 personas y la casa es de los abuelos del joven.
“Él no pudo estar solicitado por homicidio porque hace días fue al Cicpc porque iba a vender la moto y pidió que se la revisaran. Si fuese estado solicitado lo detienen de una vez, porque Él mostró su cédula”, soltó la tía Noreixi Rodríguez.
Según la versión del Cicpc, el jovencito estaba en un cuarto cuando ellos ingresaron a la vivienda, el chamo salió del cuarto y se metió a otro, pero antes se encerró con seguro. Los funcionarios le pidieron que abriera la puerta, pero no lo hizo y los “petejotas” tumbaron la puerta.
Cuando abrieron la puerta, supuestamente, el jovencito estaba con un revólver calibre 38 y con ese abrió fuego y se enfrentó a la comisión.
Según, el muchacho estaba solicitado por el Juzgado de Control número 2 por el delito de homicidio, aún cuando la familia asegura que no tenía nada que ver.
Contaron los familiares del joven, que lo que ocurrió no fue un enfrentamiento y que estarán denunciando el hecho ante Fiscalía del Ministerio Público para que se investigue el caso. Aseguran que Flaiver no estaba metido en problemas y que él no tenía armas de fuego.
El cuerpo de Flaiver fue entregado a sus familiares el viernes en la tarde, ayer en la mañana estaba siendo velado en la vivienda en donde residía en Santa Isabel.
Flaiver no tenía trabajo, meses atrás estuvo trabajando en una tienda de ropa en el centro, pero su contrato finalizó. El joven deja huérfano a un niño de cuatro meses.
Después de su muerte a la abuela le dio un infarto, pero está estable.