Euseglimar González | LA PRENSA DE LARA.- El homicidio de Arquímedes José Soto Pargas, caficultor de Humocaro Alto, alborotó la cueva del «Bachaco», delincuente que era buscado por extorsión y mantenía bajo amenazas a productores de los municipios Morán y Jiménez de Lara. Hace cinco años, tras una intensa búsqueda murió en manos del Conas en Cumaná.
Ruperto de Jesús Saavedra, alias el «Bachaco», comenzó su carrera en la megabanda los «Intocables«, que se dedicaba al robo y hurto a grandes casas y apartamentos, además de homicidio, secuestro y extorsión. El grupo operaba entre Caracas, Yaracuy, Lara y Portuguesa desde el inicio del año 2000, quienes la integraban eran hampones que andaban «bajo perfil».
Hace seis años, el «Bachaco» se desligó de la banda y formó su propio grupo delincuencial. A finales del año 2015, los funcionarios de seguridad comenzaron a seguirle la pista, pues estaban recibiendo muchas denuncias donde vinculaban a esta banda que operaba con más de 20 integrantes.
Por más de un año, la banda comenzó a azotar a los productores de Jiménez y Morán, los integrantes estudiaban a las víctimas y luego las «pichaban» con el «Bachaco», quien se encontraba detenido en la cárcel de Trujillo y desde allí llamaba para extorsionar.
Al delincuente no le temblaba el pulso para amedrentar a sus víctimas, ordenaba a sus aliados que les cayeran a tiros a las viviendas si los productores no aceptaban pagar la «vacuna» de sus extorsiones.
El «Bachaco» tenía casi un año amenazando y extorsionando al caficultor Arquímedes, conocido como «Quime«, pero él no cedió ante el delincuente. En agosto de 2015 recibió una llamada, era la voz de un hombre que de inmediato se identificó como el «Bachaco» y le indicó que debía cancelar 2 millones de bolívares o de lo contrario acabaría con su vida.
La víctima comenzó a averiguar quién era el delincuente y supo que era de Humocaro Alto y que estaba en la cárcel de Trujillo, de donde provenían la llamadas extorsivas. El productor no le prestó atención ni canceló el dinero.
Un mes después le mandó cuatro hombres armados, quienes ingresaron a la vivienda, pero el productor no estaba. Los delincuentes amarraron a la esposa, a sus hijos y algunos otros parientes, los mantuvieron por seis horas secuestrados dentro de su vivienda, ese día cargaron con dos camiones Ford 350, electrodomésticos, teléfonos y dinero en efectivo.
Luego de este ataque, el «Bachaco» llamó al productor para pedirle dinero y así le devolvía los camiones, pero «Quime» no aceptó, pues se negaba a pagarle a los delincuentes y decidió contratar escoltas.
El 24 de octubre de 2016, par de delincuentes a bordo de una moto llegaron hasta el local de «Quime» y dispararon seis veces, cuatro balas impactaron en su cuerpo. El productor murió de inmediato y los hampones huyeron.
La furia y el dolor de habitantes de Humocaro fue tan grande, que se fueron a casa de familiares del «Bachaco» y le prendieron candela a una vivienda, supuestamente, donde él vivía. La víctima era muy querida en la comunidad y condenaron su homicidio.
Desde ese día, la violencia se disparó en Morán, pues los funcionarios de seguridad le seguían la pista al extorsionador.
El «Bachaco» usaba una etiqueta que simbolizaba el régimen de terror y extorsión; era la marca que dejaba esta peligrosa banda a víctimas que ya habían pagado la vacuna.
Se trata de una calcomanía con la imagen de un bachaco en el centro. Arriba y abajo se lee: «El bienestar de los agricultores». Pero se trata de un acto de terror. Cuando cualquier integrante de la banda llamaba para extorsionar a las personas, estos les indicaban el lugar donde debían dejar el dinero.
Unos meses antes del asesinato de «Quime», el «Bachaco» habría mandado a matar a Leibert Daniel López (31), quien iba a bordo de su Machito por el sector Las Rurales, vía a Arenales, carretera principal a Guaitó, en Morán y fue interceptado por tres hombres armados, quienes sin mediar palabras dispararon.
Al principio dijeron que era robo frustrado, pero luego el Cicpc estableció que fue asesinado por negarse a cancelar una vacuna.
Por lo que en un año, alias «Bachaco» era investigado por dos muertes.
El 80 por ciento de las extorsiones en Morán y Jiménez eran pagadas por los productores, pues temían por sus vidas o por las de sus familiares.
Luego de la muerte de «Quime», los funcionarios del Conas iniciaron las investigaciones, primero fueron detenidos dos hombres y luego le cayeron a alias el «Zurdo«, uno de los presuntos «pichadores» de víctimas y que pasaba la información al «Bachaco».
A principios de noviembre de 2016, Yonny Antonio Alvarado (35), apodado el «Zurdo» murió tras enfrentarse contra funcionarios del Conas, en el sector Miraflores del municipio Morán.
Los funcionarios estaban en la cacería del «Bachaco» y lograron detener a cuatro personas vinculadas a la banda, además seis personas murieron en enfrentamientos entre Humocaro y El Tocuyo, mientras que dos delincuentes más, integrantes del grupo hamponil, murieron en Trujillo.
Día tras día, el Conas acorralaba más al «Bachaco», los productores y vecinos comenzaron a denunciar las extorsiones y daban información que ayudaba a los uniformados a dar con los implicados.
Al sentirse acorralado y sin salida, el «Bachaco» decidió huir del estado Lara para evitar que lo atraparan, pues no quería volver a estar detrás de unos barrotes.
Un mes después que alias el «Bachaco» diera la orden de asesinar al caficultor Arquímedes Soto, el Conas Lara dio con él y en un enfrentamiento fue abatido. El hecho ocurrió en Cumaná.
El celular fue la debilidad del «Bachaco». Tras varios rastreos de la línea telefónica que hicieron los funcionarios del Comando Antiextorsión y Secuestro (Conas) de Lara, dieron con la ubicación del hampón.
Los uniformados llegaron hasta el barrio Brasil de Cumaná, justo en una vivienda en donde el delincuente estaba reparando las butacas de su Corolla.
Cuando el «Bachaco» se percató de los uniformados, de inmediato sacó su arma y abrió fuego contra ellos, originándose un intercambio de disparos que terminó cuando el hombre recibió cuatro impactos de balas y cayó muerto.
El «Bachaco» viajó desde Lara hasta Cumaná con una cédula falsa, se mantuvo por varios días en la zona bajo el nombre de Orexis Villahermosa, que según la página del CNE era del estado Sucre.
En el sitio del suceso quedó un revólver, arma con la que se enfrentó el hombre. Ese día también murió otra persona que, según vecinos de esa zona el hombre no conocía al delincuente.
El «Bachaco» se movió por distintos estados del país tratando de escapar. El delincuente más buscado del estado Lara pisó al menos cinco ciudades, hasta que el Conas logró dar con él.
Luego que funcionarios del Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro (Conas) le pisara los talones al «Bachaco» y este sintiera la presencia de los uniformados en Humocaro decidió huir, el primer estado que visitó fue Portuguesa.
El hombre llegó hasta Chabasquén, un pueblo del estado Portuguesa, lugar que conecta a Lara si se va por las montañas. Allí el hampón estuvo por unos días, pero decidió salir de su «concha» y continuar su huida.
El «Bachaco» usó un carro Corolla para huir de estado en estado, llegó a una finca en Aragua, donde se refugió y trazó un plan de huida, pues ahora quería irse hacia las costas de Venezuela, todo esto para evitar ser atrapado.
Fuentes militares contaron para ese momento, que el «Bachaco» estuvo en La Victoria, estado Aragua, de allí partió hacia Anzoátegui, trataba de despistar a los funcionarios de Lara que le hacían seguimiento.
Contaron que el hombre estuvo en Margarita, estado Nueva Esparta, se desconoce cuánto tiempo duró en la isla, pero su última parada la hizo en Cumaná, estado Sucre.
En el estado se presentaba con otro nombre y estaba en casa de unos amigos. El 24 de noviembre de 2016 decidió ir a un taller en el barrio Brasil, debido a que mandaría a arreglar las butacas de su carro.
Las personas que lo atendieron no sabían de quién se trataba, lo recibieron como un cliente más, de hecho contaron que el hombre estuvo un buen rato sentado esperando que terminaran de reparar las butacas.
Fue justo en ese momento que le llegó el Conas y este no tuvo escapatoria y fue cuando abrió fuego contra ellos.
Cuerpos de seguridad de Lara continuaron la búsqueda de los demás integrantes de la banda del «Bachaco», pues sabían que pese a que su líder murió podía otro agarrar el mando. Los uniformados iniciaron las investigaciones y detuvieron a algunos.
En el año 2019, el apodo del «Bachaco» volvió a resonar luego que funcionarios de la Brigada Territorial de Inteligencia (BTI) de la PNB detuvieron a dos hombres y los señalaron como miembros de la banda.
Se supo que los funcionarios llegaron a Humocaro Bajo y aprehendieron a Jean Carlos Piñero, conocido como el «Topo» y Manuel Arroyo alias «Ratón«, estos hombres fueron señalados para ese año como miembros de la banda, aunque se desconoce el estatus de ambos y si se encuentran tras las rejas.
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