Euseglimar González | LA PRENSA DE LARA – Rafael Ramírez vivió ocho horas de terror, luego que, presuntamente, un grupo de funcionarios de las FAES se lo llevaran de su casa en Guarico, municipio Morán y lo mantuvieran secuestrado, según denunció el diputado Guillermo Palacio, en la Fiscalía Superior del Ministerio Público.
Palacios detalló que el 20 de marzo a las 12:30 de la tarde, tres funcionarios vestidos de negro, con armas largas y sin identificación, llegaron al negocio de Rafael, que queda en el garaje de la vivienda, en el sector El Pino, donde reside junto a su esposa, hijo, abuela, tía y dos primas. Los presuntos funcionarios tocaron el portón del negocio y cuando él les abrió se metieron a la casa y comenzaron a revisar todo y le decían que lo iban a matar, además que ellos habían recibido una denuncia por extorsión.
«Les dije que no tenían una orden de allanamiento y solo me respondieron que yo no sabía con quién estaba hablando, de forma amenazante», sostuvo Ramírez.
Palacios denunció que los funcionarios «sembraron» al joven comerciante con un arma de fuego para asustarlo. El joven se sorprendió porque él no posee armas.
«Los funcionarios les solicitaron 20 mil dólares para no sembrarlo con drogas y otras cosas, pero él les dijo que no tenía esa cantidad y luego bajaron a 5 mil dólares, como tampoco lo tenía, lo montaron en un vehículo blanco, le colocaron una capucha en la cara y lo trasladaron hasta la sede de las FAES ubicada en la calle 48», comentó Palacios.
Cuando llegó a la sede, que ahora es de la Dirección de Inteligencia Estratégica (DIE), le dijeron que un «jefe» lo iba a atender, este le dijo que se quedara tranquilo.
«Me dijo que me portara bien con la familia porque en otra oportunidad me podrían hacer una cosa peor y que me llevarían de regreso a mi casa en Guarico y que si quería dar dinero que diera lo que podía», comentó Ramírez.
En medio de la denuncia, Ramírez hace responsable a su tía y dos primas, debido a que ellas estaban presentes el día que llegaron los funcionarios. Contó que cuando los policías lo llevaban camino a su casa, supuestamente, comenzaron a pedirle 3 mil dólares y aunque su esposa no pudo conseguirlo completo, le tocó vender unos sacos de café y logró entregar 2 mil dólares.
«El dinero lo agarró el yerno de mi tía en El Tocuyo. Quiero que se investigue a los policías y a mis familiares», dijo la víctima.