Anaís Mendoza | LA PRENSA.- Con un tiro en la cabeza lo encuentran muerto en un terreno a orillas de la Intercomunal Barquisimeto-Duaca. Carlos Jesús García (50) salió el martes a las 5:00 de la mañana de su casa en El Pampero, como lo hacía cada día. Tomaba un bus y se dirigía a su puesto de trabajo en el centro de Barquisimeto, pero ese día no llegó y ayer su familia lo encontró asesinado cerca de la parada donde agarraba transporte.
La familia de “Cambur”, como era conocido cariñosamente, vivió un día entero de angustia tras enterarse que el hombre no había llegado a su puesto informal en la calle 32 con carrera 19, donde trabajaba vendiendo piñas.
Detalla una sobrina del comerciante, que “Cambur” salió con un saco lleno de piñas para la venta como lo hacía todos los días, pero el martes en la mañana jamás llegó al puesto, así que algunos de los comerciantes que laboran cerca de él se comunicaron con la familia para preguntar qué le había pasado, pues no lo habían visto.
Esta llamada alertó a los hermanos y sobrinos, que con el Cristo en la boca comenzaron a peinar las calles de El Pampero para conseguir a “Cambur”. La noche de ese martes cayó y el comerciante no daba señal de vida.
Aproximadamente, a las 8:00 de la mañana de ayer la familia siguió con la búsqueda y esta vez decidieron llegar hasta una parada en la entrada de El Pampero.
Tras casi dos horas de revisar cada esquina, un sobrino observó en la parada de transporte el saco de piñas con el que Carlos salió a trabajar. Esa es la parada donde llegan todos los buses de Duaca.
Al llegar y revisar el saco, hallaron las frutas y también junto a las frutas había una agenda con los documentos de una mujer. Cuando los familiares revisaron los papeles, uno de los vecinos que los acompañaba dijo conocer a la mujer y que la dama vivía en el sector Los Libertadores, cerca de la urbanización La Sábila. Pero ellos no comprendieron qué hacían esos documentos en el saco. El miedo y la angustia embargaron desde ese momento a los familiares, ya que sospechaban lo peor.
El sobrino decidió pasar la avenida y caminó casi 50 metros en un terreno que está detrás de la parada y fue cuando halló a Carlos muerto. Estaba bocarriba entre la vegetación cerca del lugar. Tenía un disparo en la cabeza.
El resto de la familia llegó al sitio. Las hermanas no comprendían el motivo del crimen, pues “Cambur” era un hombre conocido por El Pampero y lo describieron como un buen hombre, trabajador y respetuoso.
“¿Por qué lo mataron?, ¡Dios santo, lo hubiesen robado y ya!, le hicieron una maldad”, gritaba con fuerza una de las hermanas del comerciante.
Carlos conservaba toda la vestimenta con la que salió de su casa. Llevaba un suéter de color marrón, jeans claros y unos zapatos marrones. La cara estaba llena de sangre.
Carlos vendía las piñas en la entrada de El Pampero, pero como las ventas se habían caído decidió montar el puesto en el centro de la ciudad de Barquisimeto, todos los día tomaba un transporte que se dirige hasta Duaca.