Euseglimar González | LA PRENSA.- “Era tan sólo una bebé, una pequeña que no merecía morir de esa forma. Ese hombre es el propio diablo, por haber matado a su hija será castigado por las leyes terrenales y por Dios”, así lo expresó una vecina del sector Brisas del Turbio, quien junto a otro grupo de residentes de la zona no salían de su impresión luego del espeluznante infanticidio cometido contra una niña de un año por su propio padre.
Franyer David Álvarez Hernández, de 19 años, se convirtió en un “demonio” para los vecinos del sector donde residía su hija y quien vivía junto a su mamá y su padrastro.
Según se conoció, Franyer se había separado de Gabriela Villanueva hace varios meses, pero esta siguió con su vida y consiguió nueva pareja lo que enfureció a Franyer.
El jueves en la madrugada, el hombre, supuestamente, observó a través de la ventana del cuarto donde Gabriela dormía junto a su actual marido y la bebé de un año. Impulsado por un ataque de celos, el muchacho de 19 años roció gasolina a la habitación y acto seguido le lanzó un fósforo prendido.
El fuego rápidamente se propagó, aunque funcionarios bomberiles llegaron al sitio y sofocaron las llamas no dio tiempo de hacer mucho. Gabriela y su actual pareja, identificado como Arcángel Adames presentaron graves quemaduras en diferentes partes del cuerpo, pero la bebé de un año murió carbonizada.
Tras cometer el atroz crimen, Franyer huyó a su residencia ubicada en La Carucieña donde fue detenido por funcionarios de Polilara. Al parecer, tras su captura habría confesado el crimen. El joven está siendo acusado por el homicidio de su propia hija.
Gabriela y Arcángel permanecen recluidos en el Hospital Central, donde reciben atención médica por quemaduras.