Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- Apenas podía descansar un día a la semana porque estaba al pendiente de trabajar. Tanto así, que este domingo madrugó como de costumbre y a un kilómetro de distancia de su casa le arrebataron la vida a José Luis Pérez Giménez. No se conocían los detalles de este crimen, hasta que familiares confirmaron que fue asesinado de una puñalada, cuando lo interceptaron para robarlo cerca de la cancha Los Pocitos.
Su padre, José Luis Pérez lloraba la pérdida de su único hijo a las afueras de la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda. Sólo queda con 4 hembras e intentando contener su dolor al verle el rostro de sus tres nietos, quienes no podrán crecer bajo el cuidado de su padre.
«¡Sólo Dios nos dará esa fuerza! Esto se calmará», exclamaba limpiándose las lágrimas, al recordar a su hijo a quien llamaban cariñosamente el «Varón», porque asistía a la iglesia donde se congrega su familia. Ese domingo desayunó antes de salir y empezó a pedalear su triciclo, donde siempre cargaba las frutas y hortalizas que vendía en el mercado de Ruiz Pineda. Era tan dedicado que sus días de descanso eran lunes y miércoles, pero pocas veces los disfrutaba y aprovechaba de irse a vender en el mercado del barrio Bolívar.
Pérez no olvidará ese llamado de un vecino avisándole de lo que le había ocurrido a su hijo de 27 años. Tenía las esperanzas de conseguirlo con vida y su cuerpo yacía ensangrentado. Sólo le robaron un miniradio.